6.여섯.

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Comenten porque aquí sí puedo matar a alguien muajajajaj.















-Jungkook estás muy pálido desde hace dos días. - dijo SeokJin.

El pelinegro le miró. Sinceramente no había dormido bien. Y estaba asustado. Sentía que le vigilaban.

Taehyung le había abandonado en el bosque hace dos días. De pronto simplemente ya no estaba más.

Pero sabía que Taehyung sabía todos los movimientos que en esos momentos hacía.

Suspiró. Quizá sólo tenía que relajarse.

-¿ya me dirás qué te pasó en las manos? - preguntó el de barba entregando unas cuántas fresas.

Jungkook pensó. - pues... Estaba aburrido. Entonces busqué un...algo para cenar y me corté. -

Jin le miró confundido. - ¿Cómo rayos te cortas las dos manos? -

-Me espanté cuando corté una y el cuchillo voló... A la... ¿Otra? - dijo indeciso.

Jin iba a objetar hasta que escucharon el aviso de que la realeza estaba cerca.

El más alto se asomó indagando de quién se trataba y Jungkook estaba rezando por que no fuera el príncipe Taehyung.

-¡es el príncipe! - dijo SeokJin feliz. - tu novio. Atiéndelo. - dijo emocionado

Jungkook lloriqueó pero aceptó. Esperando.

Pronto llegó el príncipe Taehyung. Con la singular y adorable sonrisa que siempre cargaba.

Jungkook y SeokJin reverenciaron.

-Buenos días. - dijo el príncipe. - disculpen el haberme ausentado estos días. Ahora vine por mi ración de moras. -

Jungkook murió de ternura e internamente deseó no morir de algo más a causa de él castaño de cabellos largos.

-ah claro, príncipe. - dijo comenzando a guardar las moras con la pala y la bolsa de tela.

-¡Cielo santo! - dijo el príncipe. - ¿Qué te sucedió en las manos? - preguntó preocupado.

Sus manos estaban vendadas con telas pero las heridas se abrían constantemente. Por lo que estaban ensangrentadas sólo un poco.

Jungkook le miró mal un segundo pero despejó su cabeza sacudiéndola. - Ah, fue un accidente de cocina. -

El príncipe le miró. - ¿me prestas tu mano? - pidió. Su voz sonaba alterada y casi triste.

Jungkook si hubieran estado solos no le hubiera dado su mano. La última vez que le pidió eso. Sus manos terminaron así.

Le tendió su mano y él príncipe destapó la herida.

Jungkook le miró a los ojos mientras el otro estaba atento a su mano. No entendía cómo el príncipe podía actuar y mentir así. Pero eso no quitaba la belleza que poseía.

- Santo cielo, está infectado. Deberías atendertelo de inmediato. - dijo el castaño mirándole.

Jungkook asintió. - ah sí yo... Sí, debo hacerlo. - murmuró aturdido por la perfección del otro.

-¿Por qué no vamos al palacio? Los curanderos que tenemos son excelentes, te lo curaremos pronto. - ofreció sonriendo con los labios juntos.

-N-no majestad, no hace falta. - rió nervioso.

-vamos acepta mi oferta, Jungkook. - dijo antes de hacer un pequeño y discreto mohín.

Jungkook le miró acusatorio pero accedió desde luego. - como usted desee. -

The Dark Hanbok. -다크 한복. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora