여분의1

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Sorpresa.






















Yoongi ató el hilo de color rojo sobre la cabeza de Jihyo. Tras susurrar un pequeño "acepto" con una pequeña sonrisa.

Ella, con un precioso Hanbok azul como el despejado cielo de aquella tarde, brillante como sus ojos, y su cabello con un enorme y bello tocado hecho a mano por su madre, sonrió también. Aceptando a Yoongi como su rey.

Agust, miraba todo atento. Sus cabellos negros como el carbón brillando después de un largo tiempo en duelo, con una expresión seria pero no de odio.

El rubio y la castaña, quienes estaban uniéndose de por vida en aquella ceremonia real, compartieron un inocente y efímero roce de labios. Sellando la promesa de permanecer juntos de alguna manera, por el bien de los reinos.

Tras la tragedia de hace un año, la muerte de la reina de Seogu, hubo muchos cambios en el lugar.

El reino fue mentido por los príncipes gemelos. Diciendo que el incendio había calcinado a su madre sin piedad, al igual que el príncipe Taehyung y desde luego, el rey.

En una noche como aquella, la unión y hermandad de ambos gemelos eran los pilares que sostenían el bienestar del reino.

No habían hablado durante la noche en la que ambos se quedaron en el palacio de los Park. Ambos acurrucados junto a el otro. Abrazando sus piernas de igual manera. Como si de un reflejo en el espejo se tratara.

Ninguno lloró. Sólo estaban en un pequeño trance en el cual estaban procesando todo lo que había pasado.

Jihyo, fue quien les ayudó a ambos a cuidar de su salud mental. Acogiendoles en el palacio que también tenía diversos problemas y mentiras. Pero al menos, no estaba quemado.

Pasaron los años, esperando a por la unión de ambos reinos, creando Koyu.

Jihyo fue paciente y amable con ellos. Además de complaciente como su padre le había enseñado.

Aunque Yoongi no dejaba que se pusiera a sus pies o se quedara detrás de él como un mueble.

Después de la ceremonia, no hubo una celebración demasiado grande, puesto que el duelo de los príncipes aún continuaba, pero no dejaron pasar la celebración. Más por la cuestión de la creación de Koyu.

Koyu prometía ser un mejor lugar. Dos reinos abandonados por el amor y compromiso de un buen reinado. Pero ellos no cometerían los errores de sus padres.

Agust caminaba entre los pasillos de la parte superior del palacio de los Park. Mirando hacia el salón por las barandas la fiesta que se llevaba.

Miraba a su hermano gemelo, Yoongi, siendo sostenido del brazo por parte de su nueva esposa. Casi ríe a carcajadas.

Porque había logrado perdonar a YoonGi de todo acto en su contra.

Muchos le llamarían estúpido. Pero el no podía ocultar el amor que le tenía a a YoonGi.

Sin contar, desde luego, que su hermano era lo último que le quedaba.

Suspiró cuando el recuerdo de Taehyung invadió su mente. Aquel chico que siempre había estado para el... A su manera.

Sabía que Taehyung había muerto años atrás. Estaba presente todo el tiempo físicamente. Pero su alma había abandonado su cuerpo mucho antes.

A veces, por las noches, quisiera haberle ayudado. Quisiera no haber ignorado las alertas en su mente que le avisaban que algo no andaba bien con el.

The Dark Hanbok. -다크 한복. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora