56

3.4K 661 233
                                    

Comenten por favor.

7/?












Tenía doce años.

Era pequeño y desde luego, vulnerable.

No podía defenderse ni de sus propios monstruos.

Kim Taehyung, príncipe menor del reino de Seogu.

Acostumbraba a estar callado durante los anuncios reales o eventos en el palacio.

Solía no dar su opinión, puesto que, según su madre, siempre sus comentarios eran inapropiados e imprudentes.

Había aprendido a reprimirse desde que era muy pequeño.

Su madre era amante de callar lo que comprometería su imagen.

Una reina ejemplar.

El rey, había dejado de opinar respecto a las elecciones en el reino, básicamente le había dejado todo el mandato a la reina.

Los matrimonios arreglados no eran o terminaban en nada bueno.

Terence, el rey, tenía un amante. Y no podía ser más feliz con alguien como lo era con aquel cocinero.

Taehyung les había visto bastantes veces. El escuchar y mirar cosas casa instante le llevó a ser paranoico.

Se había convertido en un hábito para él el memorizar cosas cotidianas.

Empezaba a temerle a cualquier cosa, "ellos" le habían orillado a ello. Ya que era pequeño y débil.

Por ello, al escuchar sonidos peculiares por la noche, había ido a revisar, temiendo por su vida. Encontrando a su padre cenando con aquel cocinero.

No había dicho nada. Tampoco era como que le importara, en aquel entonces, era pequeño.

Lo mismo sucedía con sus hermanos.

Cuando tenían algo extraño entre ellos. Y él no entendia por qué su padre y ellos debían besarse a escondidas.

No entendía la necesidad ajena por ocultar eso, tampoco el sentimiento que ello implicaba.

Había tenido diversos ataques. Sabía de memoria el sonido de la puerta siendo cerrada con prisa mientras el se quedaba adentro.

Comúnmente, le dejaban a su suerte en sus ataques.

Lo que llevaba a ignorar las autolesiones que se hacía.

Pero todo empeoró cuando su madre encontró cómico y efectivo el meterle en el calabozo.

Era frío, oscuro, silencioso y solitario.

Era mejor, podía gritar y llorar, sin herir a nadie y sin que fuera escuchado.

No tiene idea de cuántas veces había estrellado su cabeza contra los barrotes metálicos.

Con la esperanza de hacer que "ellos" se callen. Aunque comúnmente terminaba inconsciente.

Pero no le importaba, en los últimos tres golpes siempre se sentía mucho mejor.

Ahora miraba, con ayuda de algunas cubetas, a través de la ventana en la parte superior de la pared. La cual daba al exterior.

Tenia perfecta visión del pueblo. Sobre todo del mercado.

-Tranquilo Taehyung. - murmuró bajito. - no estaremos sólos más. - se prometió.

The Dark Hanbok. -다크 한복. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora