The Dark Hanbok. -다크 한복.

50.쉰

Wuuuu cap 50 uwu

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TaeHyung miraba borroso. Todo se movía a su alrededor y ellos no se callaban.

Había golpeado a un costado de la cabeza a JungKook con nuevamente, el mango de la katana. Quien ahora estaba inconsciente sobre el suelo.

Poco a poco podía enfocar. El niño estaba petrificado aún.

TaeHyung estaba temblando, uno de sus ojos con aquel tic nervioso que poseía.

-V-vete. - dijo como pudo al infante. Quien gracias a lo divino corrió lejos.

Pasó saliva. Soltando la katana.

-J-JungKook ... No duermas ahora. - dijo aturdido.

Miró un poco de sangre en la zona de la cabeza en donde le había golpeado. Pero estaba respirando.

-Demonios...tranquilo... F-fue sin querer. - dijo intentando levantarle.

El arroyo no estaba muy lejos, por lo que se paró sintiéndose mal.

Se acercó al agua y entre sus manos tomó un poco de la misma. Luego rápidamente corrió hacia JungKook , pero sus piernas estaban fallando, así que terminó cayendo.

-Ay no. - dijo bajito.

Volvió a correr hacia el arroyo, tomando agua entre sus manos de nuevo.

Ahora avanzó despacio, aunque sus manos temblaban y la mitad del agua
Se salía, pero lo importante era la intención.

Una vez cerca de JungKook , le vertió el agua en la cara.

Poco a poco JungKook comenzó a reaccionar.

Parecía querer responder pero aún se miraba mareado.

Sin pensarlo mucho lo levantó con esfuerzo.

Lo arrastró camino a la cabaña sintiendo su espalda doler, lo hizo bajar por la sala hasta el sótano donde con cuidado lo dejó caer en el suelo.

- JungKook eres muy pesado- dijo aún nervioso.

Espero que el otro pudiera responder pero simplemente parece estar perdido en el sueño.

- Vamos JungKook, por favor despierta.-

Sintiéndose pésimo por alguna razón, decidió sentarse a su lado, aguardando porque el otro pronto despertara y pudiera pedir disculpas.

No sabía exactamente la razón por la cual quería pedir una disculpa, pero su corazón anhelaba hacerlo.

Jungkook había llegado a su vida, y desde aquel instante, todo su mundo dio un giro total.

Nunca había pensado sentir tanto por alguien, tampoco había tomado en cuenta que una persona podría cambiar tanto su vida.

Volvió a abrazar sus piernas, pensando en que realmente quería dejar de hacerle caso a las voces. Pero cada vez le parecía más imposible.

- Déjenme por favor.- dijo en voz baja.

- Agust- llamó su hermano menor.

El pelinegro lo miró antes de negar con la cabeza.

-No quiero hablar contigo ahora, Min. - dijo con desdén.

- Por favor, sólo quiero charlar. Me preguntó sobre si alguien me gustaba.- dijo cerrando la puerta detrás de él.

- ¿Quién te dijo eso?- dudó, aunque se maldecía en el fondo porque no quería hablar con él.