El Código Hale [STEREK]

Capítulo 3: La soledad del alfa y los sueños de un omega

Derek estaba agotado. Theo y Scott estaban hablando y bromeando entre ellos y él deseaba gritarles que se callasen, pero tenía que acabar con los comunicados y sus hombres de confianza tenían que ayudarle a entregarlos.

Stilinski ya se había ido. Derek hubiera preferido que se quedase, pero era sábado y el chico se veía cansado.

Cualquiera creería que tener su posición privilegiada en el orden jerárquico era equivalente a un confort interior absoluto. Derek jamás se quejaría en voz alta, no era tan estúpido como para hacerlo cuando realmente cualquiera querría su puesto, pero a veces en la soledad de la noche y su cuarto se permitía un poco de autocompasión.

El estrés y la presión que suponía la posición de líder de la manada le causaba a veces cefaelas, ataques de rabia o incluso pesadillas. Tenía el peso de la empresa y también de toda su circunscripción sobre sus hombros.

Y siempre despertaba en la noche y estaba sólo.

Se frotó el brazo y paró. Los ataques de estrés a veces podían provocarle brotes de su enfermedad en la piel y cuidaba mucho que eso no ocurriese. Se aplicaba una crema cada mañana y toman una pastilla inhibidora de la calcineurina. Era muy obsesivo en ese sentido y también había aprendido a dejar de frotar los primeros picores cuando se trataba del estrés. Odiaba que su piel se llenase de un estúpido prurito que le hiciese tener que ir con manga larga y camisa abrochada hasta arriba.

-Creo que hoy he terminado.

Scott y Theo dejaron de jugar con algo que estaban mirando en el teléfono de Theo y le miraron.

-¿Estás seguro?.- preguntó Theo.

-Absolutamente.

-Pero...

-Aquí tienen los comunicados.
Quiero quedarme solo. Hasta mañana.

Theo y Scott se levantaron del sofá y obedecieron. Derek había usado La Voz y no cabía otra opción que atacar.

Derek esperó hasta que se fueron y abrió el agua de su bañera.

Agua tibia y unas gotas de aceite de linaza para calmar la piel.

Se introdujo en el baño y suspiró. La mansión era enorme y se sentía sólo. Los sirvientes le trataban con respeto pero no eran familias ni amigos. Y en la noche solo se quedaba el mayordomo.

Jugó con los dedos a hacer olas en el agua.

La piel se fue calmando y la erupción que había empezado a brotar en su brazo izquierdo a bajar.

La hipersensibilidad de su piel era la causa de que él, al igual que su madre y su abuelo, antes que él, fuesen los únicos lobos totalmente negros de la manada.

Pero nadie conocía el reverso humano de esa característica.
Su familia lo ocultaba por considerarlo un signo de debilidad.

Hacia ya varias generaciones que se había suprimido el tatuaje ceremonial como parte de la investidura de líder y ya nadie cuestionaba eso. Los lobos amaban llenar su piel de tinta y símbolos, pero la epidermis de Derek no lo soportaría, fue muy doloroso hacer triskel en su espalda, no soportaria otro mas.

Cerró los ojos. Se metió en el agua hasta el cuello. Stilinski estaba raro ese día. Pero ya lo pensaría el lunes.

❀ ❀ ❀ ❀

-Cada día estás más bonito.

Stiles le sonrió a su tía. Bonito... en fin.

-A veces me gustaría ser algo distinto a bonito.

Su prima le miró desde la mesa de la cocina. Trabajaba como asistente de peluquería y personal shopper de una alfa importante. La líder de otra de las circunscripciones. Ese fin de semana había ido a pasar unos días en casa de su tía y Stiles creía que le podía ayudar.

-¿En qué estás pensando?.- preguntó.

-Tengo ahorros y descuentos en Hale's Place y sus tiendas. Y tú sabes arreglar bien el cabello.
¿Me acompañas?





❀ ❀ ❀ ❀  

Stiles estaba más emocionado de lo que quería reconocerse a sí mismo.

El sábado había comprado un par de trajes con un estilo menos conservador del que era habitual en él. En lugar de la camisa almidonada, el suéter y los pantalones de pinzas, llevaba un traje de Tweed de corte clásico pero elegante. Había cambiado su cabello repeinado por un estilo más informal y había comprado unas lentes de contacto.

Y ahora abrazaba los libros de contabilidad mientras entraba al despacho del señor Hale.

-Buenos días, señor Hale.

Éste estaba inclinado sobre su escritorio, con una camisa blanca arremangada y pantalones grises, y ni siquiera levantó la cabeza.

-Buenos días, señor Stilinski. Necesito que haga unos gráficos con las ventas, beneficios y pérdidas de la sección de deportes del complejo del centro. Para la tarde.

-Me pondré a recopilar datos ahora mismo.

-Bien.

Stiles se quedó quieto, esperando. Derek seguía leyendo unos documentos. Finalmente, al ver que Stiles no se movía, le miró.

-¿Ocurre algo?

Stiles sonrió con timidez cuando los ojos esmeralda del alfa se clavaron en los suyos. Pero la expresión de Derek no cambió. Absolutamente nada.

-No... no, ya me pongo con ello de inmediato, señor Hale.

-Está bien. Gracias Stilinski.- Derek volvió a concentrarse en los documentos y Stiles se volvió hacia la puerta, deseando huir de ahí lo más rápido posible.- ¿Stilinski?

-¿Sí, señor?

-Por favor, tráigame un sándwich de pollo y un refresco, no he podido desayunar aún.

Stiles tragó saliva.

-Ahora mismo, señor Hale.

Stiles cerró la puerta. Tropezó y los libros se cayeron al suelo con un estrépito que resonó por las paredes.

Se agachó para recogerlos, pero tenía las manos como de mantequilla. Golpeó el suelo rabioso.

-Los chicos lindos no deberían enfadarse tanto.- Theo se agachó frente a él y comenzó a recoger los libros.- ¿Quién te ha hecho molestar? Es para darle las gracias porque así frunces esos labios tan bonitos.

-Señor Raeken, por favor...

-Aquí tienes todo. Te ves muy bien con ese peinado. Sabía que debajo de todas esas cosas que te ponías había un cisne deseando volar...

Stiles se ruborizó y rió.

-Han sido sólo unos cambios sin importancia...

Recogió sus cosas y se fue. Tenía un pequeño despacho propio. Muy pequeño, pero suyo. Llamó al servicio de catering para ordenar la comida de Derek. Encendió la pantalla del ordenador. Miró el inicio.

Tenía el cuerpo pesado y quizás unas décimas de fiebre. El celo era cuestión de días y su cuerpo comenzaba a notarlo. Sirvió agua en un vaso y abrió un sobre de paracetamol. Luego se quitó los lentes de contacto y las guardó en su estuche. Se colocó las gafas.

A trabajar.

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