El Código Hale [STEREK]

Capítulo 33: Las palabras más crueles

La sede del club de empresarios estaba con aforo completo. Desde que el líder de la comunidad había confirmado sus asistencia al acto, todo aquel que era o aspiraba a ser alguien importante en la comunidad había echado mano de contactos o ingenio para lograr una invitación, aunque el cubierto, con carácter benéfico, ascendía a varios miles de libras.

El momento inesperado fue cuando entro acompañado de su asistente, pero con las manos vacías de elementos de trabajo esta vez.

Cómo su acompañante.

Stiles estaba tratando de controlar sus nervios y a la vez disfrutar de cómo se sentían las cosas desde ese lado. Sin estar trabajando o sin tener que estar en un segundo plano silencioso.

Siendo uno más.

Esa noche tenía que ser la definitiva. Derek le llevaría a su casa y lo marcaría, y se acabarían los juegos y las escondidas.

Mojó los labios con el sabor chispeante del carísimo champán que están sirviendo.

Entonces la calidez del cuerpo del señor Hale le envolvió.

Estaba muy cerca de él.

-Adoro ese champán, es como beber oro. Y esas burbujas en su lengua... ¿lo ha probado con las tosta de caviar? Notará en su paladar una mezcla excitante y afrodisíaca.

Stiles le miró. Derek le ofrecía una de esas tostas. Entreabrió los labios y Derek le dió de comer un poco y a continuación le dió un poco de champán.

-¿Nota la sensación?

Le limpió con la yema del dedo unas gotas de líquido en la comisura de sus labios.

-Si la noto...

Derek tiró de su brazo y lo metió en una sala vacía. Había sillas y mesas sin utilizar. Stiles dejó que le apoyase contra la pared y gimió.

Derek estaba besando su cuello, en esa zona tan exquisitamente vulnerable. La mano derecha del alfa se deslizó centro de sus pantalones acariciándole el miembro por encima de la ropa interior.

-Me encanta que te pongas tan duro y tan rápido...

Derek acopló su cuerpo contra el de Stiles, y se sacó el pene para frotarlo contra el del omega.

Stiles sollozó. Las sensaciones que Derek le provocaba eran tan intensas que su cuerpo moría por más cada vez.

Las caseras del alfa empujaban su pelvis y ambos penes se rozaban con cada movimiento. Stiles emitió un grito ahogado por los labios de Derek y su orgasmo se acopló con el del alfa, que derramó su semen mezclándolo con el suyo.

Luego limpió a Stiles y se limpió. Lo besó.

-Vamos, ya hace mucho rato que no estamos en la fiesta.

Stiles salió primero, aún con la sensación de estar caminando sobre nubes.

-Necesito beber algo... - dijo, dejando a Derek justo detrás suyo.

Derek le miró irse. Le encantaba su cuerpo y cómo caminaba.

-Hale, parece que definitivamente ha elegido un omega. Y un hombre. Los rumores entonces eran ciertos...

Derek se giró para encontrarse de frente con la pesadilla de algunos de sus compañeros de escuela. Trató de componer una expresión de normalidad.

-No he elegido a ningún omega...

-¿Entonces qué fue eso que acabamos de ver?

-El no es mi omega. - Derek estaba teniendo dificultades para respirar. - él es solo... es un polvo fácil que tengo de vez en cuando.

Todos se quedaron mirando tras su hombro.

Derek cerró los ojos y se giró para encontrarse los ojos whiskys de Stiles mirándolo horrorizado.


❀ ❀ ❀ ❀

Brett estaba a punto de irse. Ya había recopilado toda la información que necesitaba y le apetecía salir y relajarse, tomar una copa y olvidar esa mierda de día...

-Por favor, sácame de aquí.

-¿Sti?

Brett miró más allá de Stiles, hacia donde estaban los alfas. Todos miraban hacia Stiles y murmuraban.

-Vamos .- dijo sin preguntar nada más.

Stiles casi se tropieza con sus pies mientras abandonaba el club. Brett lo subió a su coche y encendió el motor.

-Ya ha pasado. Nadie puede verte.

Stiles dejó salir las lágrimas. Brett puso el coche a una velocidad alta y rumbo a su casa.

-No sé que hacer.

-De momento calmarte. Lo otro ya se verá...


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-Al fin puedo volver a caminar. Si sigo así, en un par de días podrá darme de alta. - Liam miró a Theo con coquetería. Los dos sabían que Liam estaba prácticamente recuperado pero ninguno quería que se fuese.

-De momento vuelve a la cama. No te convienen los esfuerzos.

Liam simuló ofenderse aunque le encantaba que le cuidase así.

-Solo si vienes pronto.

Theo de rió. Estaban durmiendo juntos desde el lunes aunque ninguno había hecho ningún avance en otra dirección que no fuesen abrazos, besos y caricias.

Miró el reloj. Era más de la medianoche.

Entonces llamaron a su puerta.

Derek apoyado contra el muro de su puerta acompañado de un intenso olor a whisky.

-He hecho algo horrible.

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