El Código Hale [STEREK]

Capítulo 31: Los besos de tu alfa

♡Capítulo Thiam♡

Theo abrió la puerta de su casa. Era ese tal Isaac, obviamente.

Y su sonrisa no parecía la más sincera y acogedora del mundo.

—Hola, creo que mi amigo está aquí.

—Sí, yo lo encontré.

Isaac siguió sonriendo mientras esperaba. Theo cedió y le invitó a pasar.

—Es en el primer piso. La segunda habitación en el lado izquierdo.

Isaac no se había engañado a sí mismo ni creído que Liam estaría bien, pero aún así le impresionó verle.

Estaba acostado y se veía tan golpeado que olvidó incluso la rabia. Corrió hacia la cama y lo abrazó. Liam sollozó.

—Ya me ha visto un doctor, Isaac. El único problema ahora es mi marca. La cicatriz está doliendo y picando muchísimo.

—Dime que vas a denunciar a Deucalion. Por favor.

—Theo le pidió un informe al médico y tomó fotos, pero... no sé, no me atrevo...

—Es hora de que lo hagas. Además... necesitas romper del todo el vínculo.

—El alfa era él, yo no puedo romperlo, ojalá pudiera, para que la cicatriz no picase ni molestase, para poder decir que soy completamente libre. ¿Crees que me satisface?

—¿Qué es ese Theo para ti?

—Él es...

—Se quien es. Pregunto qué es para ti.

—Sólo se que no quiero irme.

—Liam, no estoy criticando ni condenando lo que sientas por él.

—Tú no eres el más partidario de los alfas...

—Estoy enamorado de uno.—Isaac lo soltó y luego deseo meter las palabras de vuelta en su boca.

—Un momento... ¿qué?

—Es... se llama Scott, creo que es el segundo al mando de Hale...

—Tranquilo con eso, será el tercero porque el segundo es Theo.

—... y es increíble... y me hace sentir... ¿qué nos ha pasado en estas semanas?

—No lo sé pero me gusta.

—Ya hablaremos de esto con calma y cuando esté Stiles. Liam, te pregunto porque si estás sintiendo cosas por Theo la cicatriz te va a molestar más.

—¿Tienes algo por ahí que alivie esto?

—Sí, sabes que siempre tengo para ese tipo de casos.

—Casi siempre bordeando la legalidad.— Liam se rió.

Theo entró en la habitación sin llamar.

—¿Va todo bien?

—Isaac puede aliviar lo del cuello.

—Voy a aplicarte una crema.— Isaac buscó en su maletín y sacó un ungüento que llenó la estancia con un espeso olor a menta fuerte. Liam apretó la colcha cuando se lo aplicó. Theo notó eso y le agarró la mano.

—Te dejaré la crema aquí. Tienes que aplicártela aproximadamente cada seis horas. Y sigue descansando. Si necesitas algo, llámame. A cualquier hora.

Isaac se levantó y le estrechó la mano a Theo antes de salir del cuarto.

—Ya conozco el camino por mí solo.— dijo Isaac.

Liam esperó a quedarse sólo con el alfa y entonces le dedicó una sonrisa cargada de coquetería.

—Estás celoso.

—Claro que no.

—Si lo estás. Se te notaba muchísimo. Me gusta.

—No estoy celoso. Es tu amigo.

—Y nosotros no somos nada... ¿o si?

Theo se sentó a su lado y acercó su rostro al de Liam. Lo dejó a milímetros. Liam se olvidó de cómo se respiraba, literalmente. Iba a ahogarse y lo más increíble es que moriría feliz.

—Somos todo.

—No hemos tenido más que una cita ni me has pedido nada apropiadamente...— se atrevió a decir Liam.

—Para de jugar, Liam.

—Sí, alfa.

Theo le besó y Liam recibió el beso con un estallido interno de felicidad.

—Isaac y yo no tenemos nada. Es solo mi amigo. No sientas amenaza con él.

—No habrá nadie más. Yo tampoco estaré con nadie más porque te he encontrado al fin...

Liam gimió y Theo siguió besándole. Liam se movió para hacerle sitio a su lado. Theo le abrazó y siguió con sus besos. El omega le detuvo un momento.

—No vamos a hacer el amor...

—¿Estás loco? Claro que no, estás enfermo. Cuando lo hagamos...

—Iba a hacerme el difícil pero tú reacción y lo que has dicho te ha hecho ganarte esa segunda cita que en realidad nunca me pediste...

—...cuando lo hagamos te haré tocar el cielo.

—Ya lo estás haciendo.

Theo continuó con sus besos. Solo besos. Liam jamás se había sentido tan amable, confortable y... respetado. No trató de hacer ningún avance inesperado, solo le besaba los labios, la barbilla, los párpados, la frente, todo su rostro hasta que Liam se fue quedando dormido entre sus brazos, más seguro que nunca antes.

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