El Código Hale [STEREK]

Capítulo 32: Posesividad

Durante toda esa semana Stiles estuvo envuelto en un carrusel de emociones que no le permitía bajarse ni siquiera el tiempo suficiente como para poner en orden sus pensamientos.

El señor Hale se comportaba igual que siempre durante la jornada laboral, o cada vez que había alguien con ellos, pero cuando se quedaban solos todo cambiaba.

O cuando pasaba junto a él o le pedía que llevase algo a su despacho.

Sin embargo, esos accesos de pasión parecían desvanecerse como llegaban y Stiles a veces llegaba a temer volverse loco.

Pero si alguna vez dudase de que lo que estaba ocurriendo fuese real, cuando pasaba junto a Derek éste le dedicaba una mirada cargada de promesas, de lujuria o le decía alguna indirecta que le recordaba lo que sucedía cuando no había nadie más.

De hecho estaba pensando seriamente en empezar a usar anticonceptivos orales.

El viernes estaba en su despacho concluyendo unos papeleos cuando Derek tocó su puerta.

—Stilinski, necesito que vaya a mi despacho ahora con todos los papeles de la liquidación del señor Talbot. Va a venir a recogerlos.

—Creía que se los iba a enviar a su correo electrónico.

—Le he pedido que venga a recogerlos en persona.

—Dame unos minutos para imprimirlos.

Derek le dedicó a Talbot una amplia sonrisa.

—¿Le apetece tomar una copa?

—Tengo un poco de prisa. Hoy tengo que trabajar. Cubro la reunión del club de empresarios de nuestra comunidad.

—Yo soy el invitado de honor. Curioso. Enseguida viene Stilinski... ahí llega.

Stiles llevaba un pantalón de rayas formal y una camisa negra. Entró como siempre con las manos llenas de cosas y las apoyó sobre el escritorio.

Derek se movió rápido y cerró la puerta.

Stiles  le miró un poco sobresaltado. ¿Puerta cerrada?

—Stiles. — dijo su nombre y se acercó a él. Le sujetó de la cintura y le dió un beso leve en el hombre .— Por favor, dale los papeles para que se vaya cuanto antes. Tiene que trabajar.

—V... voy.

—No tartamudees. Me gusta cuando te muestras seguro de ti mismo. — Derek volvió a besarlo.

—Si ya ha terminado con su espectáculo firmaré y me iré, ¿o quiere sacársela y mear alrededor de él para marcarle?

Stiles se quedó asombrado al escuchar a Brett hablar así. Derek tenía los ojos fijos en el periodista y estaba emitiendo un gruñido bajo y grave, mientras mostraba un poco la parte superior de los dientes.

—Por favor, ya puede irse. Y no hace falta que vuelva a venir.

—Stiles, sigues teniendo mi número de teléfono para lo que quieras .— dijo Brett sin apartar los ojos de Derek.

—No te llamará, no lo necesita.

Brett se acercó a ellos y miró de cerca el cuello de Stiles.

—Sigo sin ver ninguna marca. Usted no tiene ningún derecho sobre Stiles. Es un omega sin alfa.

—Váyase. Ahora. Stiles y yo tenemos prisa, hoy Stiles me acompañará al acto del club de empresarios.

—Hasta pronto, Stiles.

Brett se fue y Stiles estaba más confuso que nunca con toda la situación.

Y también excitado.

—Busque un traje. — Derek parecía nervioso. — lo recogeré a las nueve.

Los niveles de ansiedad de Derek estaban subiendo a las nubes.

Pedirle a Stiles que le acompañase había sido un impulso y un error.

Eso era ir muy rápido. La mayoría de los empresarios eran alfas, él era el invitado de honor. Todos darían por hecho que Stiles era su omega.

Y era su omega, pero no como ellos creían... era difícil de explicar incluso para él mismo.

Qué todos supiesen arruinaría las cosas y Derek estaba disfrutándolas demasiado...

Aunque nadie se extrañaría si llevaba con él a su asistente personal.

Se lo explicaría a Stiles y lo comprendería.


❀ ❀ ❀ ❀

—Si hoy no te marca, cuando Theo me deje levantarme le partiré las piernas.

Stiles pudo los ojos en blanco aunque sabía que Liam tenía razón. Lo tenía puesto en altavoz mientras buscaba entre su ropa nueva.

Le quitó la etiqueta a un traje que había comprado por si surgía una ocasión especial y esperó a que Derek fuese a recogerlo.


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Isaac estaba nervioso.

Scott le había enviado mensajes toda la semana y en el último le había propuesto salir a cenar ese sábado.

Había dicho que sí, aunque tenía muchísimo trabajo ahora que Liam estaba mal y no podía ayudarlo.

Sacaría tiempo para Scott.



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El señor Hale lo había recogido con extrema puntualidad.

—Me preguntaba si podría ejercer algunas funciones de asistente esta noche. — le dijo cuando se cerraron las puertas del coche.

—Creía que me había pedido que fuese con usted como su acompañante.

—No quiero que nada se precipite y las cosas están yendo bastante bien...

—Iré como su acompañante o no iré. No soy un objeto.

—De acuerdo.

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