Mal presentimiento

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Alexander Undersom

Habían pasado cuatro días desde el incidente con el auto de Manu. Nos tocó ayudarlo a desenvolver su auto y tardó más de lo creído. Manuel se cabreó a tal punto de llegar a jurar venganza contra las chicas, su enojo se descontroló al ver su auto por dentro, los asientos hechos un desastre y llenos de bolitas. Su enojo estaba contra ellas pero la que más debía cuidarse era Karla. Ayer le dije que dejara a Lyssa tranquila, pero solo respondió "La única que se va a salvar es Anny, porque está embarazada".

- Manuel piensa vengarse, Ly... Debes estar atenta - Advertí pasando uno de mis dedos lentamente por su cuello. Admirar a Lyssa era mi pasatiempo favorito, cada parte de su cuerpo me encantaba.

Eran las 9:15pm y la tenía sobre mí, estábamos en su habitación, solos, sobre su cama. No quería estar en otro lugar, podía pasar horas aquí con ella, sin aburrirme. Otra cosa que apenas podía comprender era cómo podía verse jodidamente hermosa con todo, unos shorts holgados y una blusa de tirantes la hacían ver perfecta. Estaba en pijama, le gustaba estar en pijama.

- Ahora todo tiene sentido... - Susurró acariciando su mentón - Esta mañana nos habló a todas como si nada hubiese sucedido, ya me extrañaba... - Recordó pasando lentamente su mano por mi pecho hasta llegar a mis mejillas, sus ojos todo el tiempo estaban fijos en los míos. Causaba demasiado y ella lo sabía. Inclinó su cuerpo para así poder hundir su cabeza en mi cuello y empezar a repartir algunos besos húmedos sobre él. Sus besos subieron hasta llegar al lóbulo de mi oreja - ¿Sabes qué clase de broma pude tener en mente? - Preguntó en un susurro jodidamente sexy.

- No... - Mi voz sonó un poco entrecortada pero estaba siendo sincero. Ly se incorporó un poco para poder cuestionarme con su mirada.

- ¿Seguro? - Presionó con los ojos entrecerrados y negué.

- Te lo diría... - Acepté jugando con las puntas de su cabello - Pero Manuel no ha querido decirme porque sabe que vendría a advertirte.

Lyssa me miró con angustia antes de dejar caer su cuerpo completamente sobre el mío. Reí entre dientes.

- Ya tengo miedo... - Confesó en un susurro. Empecé a acariciar su cabello, entrelazó mi mano libre con la suya para dar pequeños besos sobre ella.

- Tranquila, lo amenacé, no puede hacerte algo tan pesado...

- Ah sí... Pues déjame decirte que eres el mejor - Halagó buscando mis labios. Dió un pequeño beso sobre ellos para luego iniciar un beso lento. La acomodé sobre mi cuerpo sintiendo como jugaba tiernamente con mi labios, le seguí su beso. Esto se sentía demasiado bien. Su cuerpo sobre el mío, podía sentir su calor, su piel. Lleve una de mis manos a sus caderas mientras con la otra me dedicaba a apartar el cabello que quería entrometerse. La necesitaba demasiado.

Lyssa colocó una de sus manos en mi cuello y con la otra jugó lentamente con mi cabello sin dejar de besarme. Besaba increíble, si ella seguía haciendo esto, me la cogería. Mi corazón estaba acelerado, con cada día que pasaba me convencía de que la quería conmigo para siempre.

Detuvo el beso antes de separar sus labios unos centimetros de los míos. Mi vista fue hermosa, Lyssa con sus ojos cerrados, sus mejillas sonrojadas y sus labios húmedos y entreabiertos. Acarició mi mejilla antes de abrir sus ojos y fijar su mirada en los míos. Estaban brillantes.

- No quiero que esto termine... - Aceptó sobre mis labios y sonreí abiertamente.

- Entonces no va a terminar... - Animé dando un leve pellizco sobre su mejilla - Porque si tú no quieres que esto termine, y yo no quiero, entonces vamos a cuidar lo que sea que tengamos, y lo haremos funcionar.

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