Alexander Undersom
No actué a la ligera, lo pensé, pero igual deseé hacerlo y lo hice. Ahora tenía una pequeña sorpresa para Lyssa que me moría por enseñarle. Hoy hablaría con su madre y para ser sincero me encontraba nervioso aunque y eso que aún no pensara decirle que quería casarme con Ly, ya que Lyssa estaría presente en todo momento y no me daría ocasión para contarle.
El primero en ver la sorpresa sería Anthony, él había llegado a casa hace como 20 minutos y ahora permanecía sentado frente al PC mientras jugaba League of legends, tenía los auriculares puestos y gritaba de cuanta cosa se le pasaba por la mente. Me saqué la camisa que traía y fui en busca de otra. La mirada de Anthony estuvo por unos cortos segundos sobre mí y la desvío rápidamente, pero tal rápido como la quitó, volvió a mí.
Sus labios se abrieron en una "O" y se sacó los audífonos con agilidad. Los dejo sobre el PC mientras el juego continuaba pero sin él. La indignación se había adueñado de sí y se reflejaba en cada uno de sus gestos, no quitaba la mirada de mi pecho y ni siquiera se movía.
- Ay, por Dios, no es para tanto... - Murmuré al ver que aún seguía en shock.
- ¡¡Te volviste loco!! - Gritó tan fuerte que me hizo doler los oídos - Alexander, ya... En serio, ¡te volviste loco! - Agregó llevando una de sus manos a su boca.
- No... Relajate, solo son tatuajes.
- ¡Le dijiste a tu madre que no te harías más! - Recordó.
- Solo me hice dos más... ¡Ya son los últimos! - Dije restándole importancia con una de mis manos, Anthony era un dramático, ni siquiera era grande el tattoo. Tomé un suéter totalmente negro y me lo coloqué con rapidez, ya quería ver a Lyssa.
- ¿Dos? - Gritó sorprendido y rodé los ojos - ¿Dónde se supone que está el otro? - Preguntó detallando mis brazos.
- No creo que quieras saber... - Murmuré y sus ojos volvieron a abrirse más de lo normal por la impresión.
- Ay no... - Murmuró con cara de tragedia - No me digas que te tatuaste el pene.
- Llegando...
- ¡¡Te has vuelto loco!!! - Repitió.
- Voy a mostrarte... - Advertí. Desabroché rápidamente mi jeans, baje un poco la corredera y así mismo parte de mi boxer. Le enseñé mi abdomen bajo y Anthony bajó su mirada para verlo mejor. Sus labios se abrieron en una "O" mientras negaba.
- ¡¡¡Ya perdiste el juicio!!! - Murmuró y solté una risotada mientras lo acomodaba todo y volvía a abotonar mis jeans.
- A mí me gustan... - Dije y le resté importancia, ahora tenía que encontrar las llaves del auto, no tenía ni idea de dónde las había dejado.
- ¡Si llegas a terminar con Lyssa, van a dejar de gustarte! - Advirtió.
- Nosotros no vamos a terminar - Afirmé.
Anthony dió una palmada en su rostro y soltó un bufido lleno de cansancio.
- Eres increíble... - Soltó mirándome como si fuera un caso perdido - De verdad, el amor te ha puesto pendejo - continuó pero luego se lo pensó y negó - Bueno... Pendejo no, te ha puesto triple, contra, tetra imbécil. La palabra pendejo, te queda pequeñita.
Lo miré impresionado y boquiabierta.
- Pero es que... - Continúo sin poder contener su impresión - ¿A quién se le ocurre tatuarse eso?. Solo queda esperar a que perduren, sino... Que vergüenza, de verdad.

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Just Go Back
RomanceEl lema era: Terminar, superar y avanzar. Más no, terminar, superar, avanzar y volver al punto de inicio. Algunos suelen decir "no hay peor ciego que el que no quiere ver", pero yo creo que no hay peor ciego que aquel que vio la realidad y decide v...