En tu corazón

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- Lo viste Emily... Ibas a quedarte en shock - Le afirmó Anthony. Mi madre aún seguía mirando a Lyssa sin poder creerlo y aunque yo no podía verla, podía imaginar a Ly, totalmente quieta, sonrojada y mirando a mi madre a la expectativa. Mamá reaccionó de su asombro y le sonrió abiertamente para luego mirarme a mí.

- Alexander... ¿¡Por qué no la invitaste a entrar!? - Me regañó mamá acercándose rápidamente a ella, la tomó de su muñeca e hizo que Lyssa se adentrara en la casa, la estaba casi arrastrando - Pasa, Lyssa, con confianza... Siéntete como en casa.

Lyssa estaba muy sonrojada, era de esperarse. Su mirada vagó por la sala y al ver a mi padre le desvío rápidamente la mirada. Pasó su mano libre por su cabello y se empezó a peinar con sus dedos, eso solía hacerlo cuando estaba nerviosa, la conocía demasiado. Aclaró su voz y dejó sus manos quietas.

- Es un gusto verla de nuevo, Señora Undersom - Murmuró en un susurro casi inaudible y mi madre le sonrió de lado.

- El gusto es mío... - Le contestó rápidamente mientras la detallaba lentamente de pies a cabeza.

- Mamá... - Presioné incómodo para que dejara de hacer eso o Lyssa saldría corriendo de aquí.

- ¿Qué?... - Preguntó irritada lanzándome una mala mirada - Solo veo lo mucho que ha cambiado. Estás muy hermosa, Lyssa, y creo que hasta un poco más alta - La halagó haciendo que una hermosa sonrisa se dibujara en su rostro.

- Está del mismo alto, no le mientas... - Me quejé y ambas me dieron una mala mirada - ¿Qué?. Es la verdad - Continué y mi madre me lanzó una de esas mmirada que comprendía de inmediato - Okay... okay... Ha crecido un poquito.

Mamá me restó importancia con una mano y tomó a Lyssa de las mejillas logrando así tener toda la atención de Lyssa en ella.

- Cuando Alexander me dijo que tenía una novia, deseé de todo corazón que se tratara de ti, pero lo veía imposible, terminaron hace muchísimo, nunca creí que volvieran. ¿Cómo es posible que ahora estén juntos?.

- Cosas muy raras e interesantes pasaron... - Murmuró Lyssa algo incómoda soltando unas pequeñas risitas - Cosas que nos llevaron a hablar y a solucionarlo todo...

- Dios... ¡Oir eso es increíble! - Gritó mi madre llena de emoción - ¡Aún no puedo creerlo!.

- Yo tampoco... - Confesó Lyssa y Anthony estalló en una risotada junto con mi madre.

- Tienen que prometer que no es una broma y que no están fingiendo - Rogó mi madre con su mirada.

- Señora Undersom, no es una broma, vamos en serio... ¿Verdad, amor? - Preguntó Lyssa mirándome fijamente e inmediatamente todas las miradas estuvieron sobre mí, esperaban por mí respuesta. Ésto iba más en serio de lo que todos ellos creían.

- Vamos muy en serio... - Afirmé caminando hacia ella. Fijé mi mirada en mi padre cuando hube pasado mi brazo por los hombros de Lyssa. La atraje hacía mí y sus brazos me rodearon de lado, di un pequeño beso en su cabeza y mi acto la hizo sonreír - Y en ésta ocasión terminar no es una opción... - Agregué con firmeza sin quitar la mirada de mí padre. Él rodó los ojos y mantuvo su aspecto serio.

Mi madre, ante mi respuesta y determinación, llevó una de sus manos a sus labios y evitó dar un grito.

- Cuando menos espero las cosas es cuando suceden... - Confesó mirando hacia Anthony - ¡Y tú no me dijiste nada!. Eres pésimo como informador, de verdad, te va malísimo - Lo acusó mi madre fingiendo decepción y Anthony la miró ofendido.

- Te iba a contar el mismo día que se liaron, pero algunas personitas no me lo permitieron - Se excusó Anthony mientras me señalaba con un movimiento de cabeza - Alexander quería sorprenderte...

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