Compromiso

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(No olviden leer la nota al final del epílogo).

Lyssa Monrrou

Nunca había estado en una fiesta tan organizada y refinada. La música que sonaba era toda clásica o de ritmo muy tranquilo. Todos parecían felices o al menos parecían conformes con eso. Las personas caminaban de un lado a otro con confianza, charlaban entre si y comían de la inmensa mesa de dulces y frutas que habían puesto a merced de todos. No me gusta el dulce, pero Alexander me había comprado fresas con algo de leche condensada.

La casa de Alexander empezaba a parecer más pequeña de lo que realmente era, esto era debido a la cantidad de personas que habían llegado con el pasar de las horas. Conocer a todas esas personas casi me causa dolor de cabeza, nunca había dicho tantas veces "Hola" o "mucho gusto en conocerte" en una noche.

Con respecto a la familia de Alexander,  fue agradable y sencillo hablar con ellos, en especial con sus primos pequeños. Todos en su familia estaban seguros de que él haría un trabajo genial con la empresa y también se alegraban de verlo "estable y seguro" con una chica.

Pude notar que la presión no estaba solo sobre Alexander, también sobre Lucy y apenas lo notaba. Aquí estaban sus padres, los había conocido, no confiaban mucho en ella, pero Alexander no la dejaba sola, se encargaba de decirle a los padres de Lucy, lo genial que ella era y el apoyo que significaba para él en la empresa. Creo que debían dejar de ser tan duros con ella, la presionaban para que se consiguiera un novio, pero ella no quería un novio aún y se los hacía entender, no se dejaba dominar. Esa chica podía ser muchas cosas, pero no era cobarde y tampoco les permitía a las personas del exterior bajarle el ánimo. La felicité por eso y también le dije que debía hacer lo que la hacía feliz.

En cuanto al personal de la empresa, había gente de todo tipo. Muchos me trataron con amabilidad y otros me detallaron de pies a cabeza mientras me daban una mirada de "esperaba un poco más". No me importó, no tenía que ser suficiente para ellos, debía ser suficiente para mí y que Alexander me viera suficiente para él. Los demás no importaban.

Observé la copa de Vino blanco que traía en mi mano. Hacía unos minutos habíamos brindado por Alexander y le di solo un pequeño trago.

- No me gusta usar traje... - Murmuró Alexander a mi lado con fastidio. Tomó su corbata y la movió de un lado a otro con incomodidad - En especial odio las corbatas... Me ahogo y da calor...

- Espera, amor, yo te ayudo con eso... - Pedí entregándole mi copa. Alexander rodó los ojos y soltó un bufido, claramente estaba irritado - Te ves muy guapo, te queda genial el traje... - Lo animé llevando mis manos a su corbata para poder soltarla.

- No me gusta, Ly. Hace calor... - Se quejó nuevamente rascando su cuello con su mano libre. La piel de Alexander era sensible, su cuello se había tornado levemente de color rojo y empezaba a salir brote - Prefiero mis jeans y mis suéteres. Pero no puedo usarlos ahora porque "es una fiesta formal e importante" - Remedó a la que creí que era su madre.

- Amor... Por favor aguanta solo unas pocas horas más y no te rasques porque te sale brote con facilidad - Recordé fijando mi mirada en la tela negra de la corbata.

- Está bien - Murmuró con resignación dejando su mano quieta - Amor... ¿Sabes hacerle el nudo a la corbata? - Preguntó al ver como intentaba rehacer el nudo pero en ésta ocasión buscaba dejarlo menos ajustado.

- Una vez vi un video... - Le informé concentrándome en las dos tiras mientras intentaba recordar como eran los movimientos. Hice un intento y no resultó nada bien. Alexander se rió entre dientes y dió un beso en mi cabeza, al menos lo estaba haciendo reír.

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