Aléjate de él

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Lyssa Monrrou

Había sido una noche increíble y culminó de maravilla con Alexander, él sí que sabía hacer todo bien, conocía el procedimiento de cómo, cuando y dónde darme un beso; sabía cómo hacerlo, de qué forma, todo lo hacía preciso, en el momento justo, con los movimientos adecuados, y eso... Joder, simplemente era perfecto, era increíble cómo me hacía delirar del placer y del amor al mismo tiempo.

Después de todo, sentir su calor y sus brazos alrededor de mi cuerpo, no tenía precio. Empezaba a considerar seriamente la idea de vivir con Alexander el próximo semestre pero simplemente no podía ser egoísta y dejar a Alana sola, ella era lo único que me detenía.

Alexander dormía, su respiración caía cálida y tranquila sobre mi cuello. Podía sentir literalmente todo de él ya que su cuerpo permanecía desnudo, al igual que el mío. Alexander era arte, de pies a cabeza, me hacía sentir demasiado y cada vez, no sé cómo, me hacía sentir  más y más enamorada de él, no había un límite. No iba a mentir, enamorarse era aterrador, pero... Cuando se trata de él, me arriesgaba, siempre me arriesgaba.

Acaricié con ternura su cabello y me pegó más a su cuerpo. Empezaba a sentirme algo preocupada, hoy volveríamos a casa y no sabía muy bien cómo iba a decirle a mi madre que había regresado con Alexander. Anny dijo que me ayudaría, que estaría ahí conmigo ayudándome a convencer a mamá de que Alexander nunca quiso lastimarme, el plan era contarle la historia y esperar que me creyera. Si no lo hacía, pues... No me importaría, en ninguna de las opciones estaba dejarlo, así que mi madre tenía que aceptarlo quisiera o no, aunque en lo más profundo de mí, esperaba que le diera otra oportunidad.

También me preocupaba su padre, no tenía ni idea de cómo Alexander iba a manejar la situación, ni siquiera sabía si tenía planeado decirle, solo quería que no terminara mal todo de nuevo. Pensar en todo esto me dejaba con los nervios de punta, y saber que tarde o temprano, más temprano que tarde, debíamos enfrentarlo todo.

Me escabullí de entre sus brazos con cuidado de no despertarlo, sentía la garganta seca, necesitaba algo de agua, Tomé su sueter del suelo y me lo coloqué junto con mis bragas.

- Mmmmm - Murmuró y me giré a mirarlo. Estaba medio dormido, extendió su mano y empezó a buscarme con ella, pero solo tocaba la cama. Con una de mis manos tapé mi  boca para evitar reír. Se veía adorable.

Giró su cuerpo y miró desconcertado el espacio vacío antes de fijar su mirada en mí. Alexander se daba cuenta de todo.

- Lyssa... ¿Qué haces cambiada? - Preguntó entre quejas dejándose caer completamente sobre la cama - ¡Ven aquí! - Exigió dando golpes a su lado - Vuelve a la cama... Es temprano... - Reclamó mientras luchaba con el sueño. Lo amaba.

- Tengo sed, ya vuelvo... - Le informé e hizo mala cara.

- No tardes... - Su voz ya se oía débil y ronca, nuevamente se estaba quedando dormido - Quiero que me... Abraces....

¡Debí grabar eso!. Alexander era uno de esos chicos que a primera vista lo veías y te preguntabas: "¿Realmente puede sentir?". Vivía de la ironía y el sarcasmo, decía literalmente todo lo que se le pasaba por la mente. Creo que todos pagarían por ver un video de él, diciéndome justamente eso. Todos podían notarlo, era tierno conmigo y me gustaba eso, porque me hacía sentir diferente al resto.

Salí de su habitación y admiré el desorden que nos habíamos encargado de armar en la sala la noche anterior. Sin duda alguna antes de irnos teníamos que organizarlo todo. Al parecer yo era la única despierta, pero podía comprenderlo, apenas eran las 5:50am.

Escuché ladridos, de la nada Johnly salió rápidamente de la habitación de An, la cual había dejado la puerta entre abierta y corrió hacia mí, lo tomé entre mis brazos y empecé a acariciarlo, estaba más grande, hoy lo llevaría a casa conmigo.

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