¿Alguien cómo yo?

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Lyssa Monrrou

Mía, nuestra amiga estudiante de Química, la misma chica que preparó la bebida alcohólica verde con sabor a fresa en aquella fiesta a principios de semestre, nos había llamado. ¿Para qué? No lo sabíamos, pero... Algo no ponía en duda, tenía que ver con cosas geniales, como ella.

- ¡Ya estoy harta de caminar! - Me quejé deteniendo el paso, necesitaba descansar. Auron me miró con los ojos entrecerrados antes de tomarme de la muñeca y obligarme a seguir andando.

- Ya falta poco... - Animó.

No entendía por qué ella estaba en el laboratorio de Química del bloque F. Era uno de los laboratorios menos concurridos y estaba ubicado en uno de los últimos bloques de la Universidad. Ya llevábamos mucho tiempo caminando, agradecía por tener todas mis clases en salones relativamente cerca de mi habitación y así no tener que caminar tanto de una clase a otra.

- ¡Deberías cargarme, Auron!

- Lyssa... ¿Crees que yo no me canso? - Preguntó evitando reírse. Solté un suspiro lleno de cansancio y Auron rodó los ojos antes de bufar con resignación. Se quitó de su espalda el estuche donde llevaba guardada su guitarra y me lo tendió - Súbete a mi espalda. Pero no te lances fuerte, porque nos caemos - Murmuró señalado su espalda.

Solté un grito de emoción mientras  colocaba el estuche de su guitarra en mi espalda. Auron se inclinó un poco y me lancé sobre su espalda sin pensarlo. Rodeé con mis brazos su cuello mientras él sostenía mis piernas antes de empezar a andar.

- Creo que has bajado de peso, Lyssa... - Observó.

- El sexo diario.

- ¡Yo no te pedí esa información! - Gritó asqueado y estallé en una risotada.

- ¡Arre, caballo! - Grité fuerte impulsando mi cuerpo hacia adelante para que Auron se diera prisa, pero lo único que hizo fue reírse - Éste caballo está algo lento.

- Que exigente eres... ¿Por qué no me cargas tú a mí?

- Tú pesas mucho... Yo no puedo contigo.

- ¡Ni siquiera lo has intentado!

- A la entrada del laboratorio, lo intento - Propuse y él asintió emocionado - A ver si logro por lo menos cruzar la puerta contigo en mi espalda

Auron caminó unos minutos más y subió algunas escaleras conmigo sobre su espalda.

- ¡Eres un pelirrojo muy fuerte! - Animé y desordené completamente su cabello mientras caminaba hacia la entrada del laboratorio de Química conmigo aún sobre su espalda.

- Joder, Lyssa. Hoy que me he peinado, haces esto... - Se quejó dejándome en el suelo. Le devolví el estuche donde cargaba su guitarra y caminé directo a la entrada del laboratorio, la puerta estaba  abierta - ¡Te toca cargarme! - Recordó en un grito.

- Vale, pero no te tires fuertes porque...

Auron se tiró sobre mi espalda pero su peso hizo que mi cuerpo se fuera hacia adelante. Empujé la puerta e intenté guardar el equilibrio pero lo único que conseguí fue entrar en el laboratorio de una manera épica, ambos fuimos directo al suelo y sentí todo el peso de Auron caía sobre mí. Eso dolió, mi mejilla presionaba el suelo.

Escuché muchas risotadas y sentí como poco a poco Auron se quitaba de mi cuerpo, ese chico algún día iba a conseguir matarme intencionalmente. A pesar del dolor, conseguí reírme y casi al instante Auron soltó sus risas.

- Eres una pelinegra muy débil... - Observó muerto de risa antes de levantarse y ayudarme a levantar con dificultad del suelo. Vaya, aquí habían más personas de las que había imaginado. Algunos aún seguían muertos de risa mientras que otros ya habían vuelto a sus asuntos, asuntos que tenían que ver con reacciones químicas y experimentos.

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