Sobredosis

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Alexander Undersom

Tenía un mal presentimiento, pero eso no tenía ningún sentido. Todo iba realmente bien, me estaba divirtiendo, estaba feliz porque al fin alguien había puesto en su lugar a Emmanuel y había sido nada más y nada menos que Lyssa.

- ¡Ya me cansé, sigan bailando ustedes! - Se quejó Mackenzie mientras se dejaba caer en el mueble al lado de Joseph, ella estaba algo sudada y su respiración era irregular. Pero cómo rayos no iba a serlo si llevaba un montón de tiempo bailando reggaeton. Joseph la tomó de sus mejillas y le dio un gran beso.

Miré hacia Ariana, ella recogió su cabello en una coleta y se dejó caer a mi lado.

- ¿Tan pronto te cansaste? - Le pregunté con interés y ella negó riendo.

- Claro que no. Esto apenas empieza. Continuaré luego... Pero contigo. - Agregó con su mirada fija en la mía. La miré con confusión, no iba a bailar con ella, no tenía ganas de bailar esta noche.

- ¿Qué?. Tendrá que ser otro día, hoy no tengo ganas de bailar - Le informé y ella se rió con ironía mientras me miraba con ternura. Dio algunas palmaditas en mi mejillas mientras negaba. Creo que ya empezaba a comprender.

- ¿Desde cuándo eres tan inocente?. Me refiero a que voy a continuar con mis movimientos pero estando sobre ti. ¿Lo comprendes o no estoy siendo lo suficientemente clara? - Habló sin ninguna vergüenza. La miré con asombro y algo de diversión. Las chicas en muchas ocasiones podían ser peor que los chicos y Ariana era un claro ejemplo de eso.

Acaricié lentamente su mejilla para terminar jugando levemente con sus labios.
- Te oyes muy segura de eso... - Susurré con picardía. Creo que haría una excepción esta noche con ella.

Se subió sobre mis piernas para luego instantáneamente dejarse caer justo sobre mi entrepierna. Joder, no tardó en besarme. Si Anthony viera esto de seguro me golpearía, a él no le agradaba Ariana.

- Vámonos de aquí... - Rogó mientras detenía el beso y me miraba fijamente. Su voz estaba agitada y su respiración acelerada, y eso que ni siquiera la había tocado.

Mi mirada se desvió al notar que el pelirrojo corría hacia nosotros. Auron viniendo hacia nosotros, voluntariamente y sin Lyssa a su lado. ¡Super extraño y casi un milagro!. Sin duda alguna este sería un día inolvidable. Miré atentamente su rostro. Por algún motivo mi corazón latió descontrolado al notar que en el rostro del pelirrojo había mucha preocupación. Algo malo estaba sucediendo.

Se detuvo frente a nosotros y Ariana lo miró extraño. Auron estaba pálido y dudaba que fuera por los reflectores de colores que daban sobre él.

Su voz sonó agitada, desesperada y preocupada.
- Chicos... ¿Han visto a Lyssa? - Preguntó y al escuchar su nombre mi mirada fue rápidamente hacia el lugar donde se suponía que ella debía estar. No estaba allí, mierda.

- No... ¿No está contigo?. Ella estaba contigo - Le respondió rápidamente Manu y Auron pasó la mano por su cabello con desesperación.

- No. Yo estaba... ¡Mierda!. Yo la dejé sola unos momentos, bueno... Como 40 minutos y ahora no la encuentro - Gritó Auron con desesperación y Estefan se rió un poco. Realmente sentía que no era momento de reirse y que Auron tenía motivos reales para estar así de preocupado.

Algo iba muy mal, sentía ese mal presentimiento aun más fuerte en mi pecho y crecía con cada segundo que pasaba. Intenté localizar a Lyssa con mi mirada pero no estaba alrededor.

- Debe estar por allí, tranquilo pelirrojo. Tal vez hasta ya se fue a la habitación a dormir o algo - Se apresuró a hablar Estefan y Auron lo miró con enojo.

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