Isabelle with an "e" ~ Moody Spurgeon (awae)

16. Gilbert

El médico cuando llegó a la noche dijo que no era nada. Según él, si hubiera llegado a ser venenosa la serpiente no le habría dado tiempo a llegar a dar su diagnóstico. Simplemente necesitaba un poco de reposo.

Me encontraba descansando en mi cama cuando escuché la voz de Marilla y unos llantos. Curiosa yo, fui a ver lo que pasaba. Las voces provenían de la habitación de Anne.

—Al menos si yo hubiera decidido teñirme el pelo, al menos habría escogido un color más decente —decía Marilla—.

—¡Pero no era mi intención teñírmelo de verde! Apliqué el tinte según las indicaciones, usé todo el bote y...

Llegué a la habitación y ambas me miraron.

Me encontré con Anne sentada en la cama con el pelo verde y super dañado, Marilla se encontraba a su lado.

—Anne... Pero ¿qué has hecho?

—Deberías estar descansando jovencita —me regañó Marilla—.

—Eso hacía, pero escuché el llanto de Anne y quería ver qué pasaba.

—Quise teñirme el pelo de negro azabache precioso, para cuando lo hice me di cuenta del gran error que había cometido. Intenté quitármelo, lavándolo muchas veces, pero no salía. Pensé que el añil para la ropa igual me lo podía quitar... —se explicó Anne—

—Bueno, eso explica el color verde que te quedó —dijo Marilla—.

—Josie Pye se reirá de mí... ¡Oh Marilla no puedo dejar que Josie Pye me vea así! No puedo.

Anne se fue hacía el espejo y empezó a hablar consigo misma.

—A partir de ahora, mi beso permanecerá en mis labios por toda la eternidad, cual rosa que desea ser arrancada, pero nunca lo será.

—Venga, yo pienso que la belleza no influye. Cuando alguien te quiera, Anne, te besará.

Las palabras de Marilla se me quedaron grabadas en la cabeza. Y yo tuve mi primer beso con alguien que no me quiere, que triste.

—¿Estás preparada? —Marilla situó la silla delante del espejo—

—Si no le importa voy a llorar mientras termina de cortármelo.

Para cuando Marilla terminó, no tenía nada que hacer allí así que me fui a descansar.

A la mañana siguiente volvió a pasar lo mismo, las voces me despertaron.

—Anne Shirley Cuthbert, la longitud de tu pelo es irrelevante a tu educación.

—¡Por favor Marilla no me haga ir! ¡No podré aguantar la humillación!

Quería ayudar a mi hermana, y solo se me ocurría una forma de hacerlo.

Fui a la habitación de Anne, donde ella se encontraba aun bajo las sábanas. Cogí las tijeras que dejó Marilla encima del tocador y me fui a mi habitación.

A los cincos minutos escuché los pasos de Anne, bajando a desayunar. Marilla no tardó en llamarme la atención porque estaba tardando más de lo normal.

Me vestí rápido y bajé. Todos se encontraban desayunando.

—Apenas has tocado tu desayuno —dijo Marilla—, al menos bébete la leche.

Cuando Anne posó sus ojos en mi casi se ahoga con la leche.

—Isabelle... Tu pelo...

Entonces Marilla y Matthew me miraron.

—Dios santo, ¿también decidiste teñirte el pelo? —preguntó alterada Marilla—

—No, pero vi a Anne tan desesperada por no querer llamar la atención que pensé que igual si íbamos ambas con el mismo pelo no podrían decirle nada.