38. Celos I

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Seguí mi camino, evitando enfrentarme a los comentarios hirientes de Josie Pye, que retumbaban en mi cabeza.

Los ojos se me empezaban a aguar cada vez más, haciendo que viera todo borroso.

Uno de mis libros se me escurrió entre mis brazos, cayendo al suelo. Bufé y me agaché a recogerlo. Varias lagrimas mojaron la portada del libro.

Entonces presté atención a mi alrededor y escuché pasos acelerados detrás de mí. Aproveché que fuera quien fuera no me podía ver el rostro, y me limpié las lágrimas.

Suspiré, me levanté y me giré hacia aquella persona.

—Moody —su nombre se escapó de mis labios al verlo—. No deberías estar aquí.

—Tengo que hablar contigo —me miraba preocupado—.

—Si es sobre el tablón, olvídalo.

—No, bueno sí, es sobre el tablón, pero aparte quería hablarte de otra cosa. ¿Puedo? —me preguntó señalando mi pizarra y libros—

Yo asentí sin entender muy bien a que se refería. Cogió mis pertenencias y se agachó, las dejó a un lado incluyendo las suyas.

Volvió a ponerse de pie y me miró, sin saber cómo empezar. Observé que tenía algo en sus manos.

—Antes que nada, feliz cumpleaños —me mostró una leve sonrisa y me cedió un paquete no muy grande envuelto en papel beige—.

—¿Y esto? Gracias, pero no tenías por qué —lo agarré y por el tacto supe que era algo blandito—.

—¿Cómo que no? Es por tu cumple, y eso no pasa todos los días. Venga, ábrelo —me hizo una señal con la mano emocionado—.

Empecé a abrir el paquete con cuidado, dejándome ver distintos tipos de telas. Moody cogió el envoltorio evitando que cayera al suelo mientras que yo miraba asombrada lo que me había regalado. Se trataba de una manta de patchwork.

—¿Lo has hecho tú? —pregunté sorprendida—.

—Durante este año atrás mi madre me estuvo enseñando, al principio se negaba porque decía que no era cosa de chicos, pero yo le insistí que solo era para una manta y listo, la convencí. Para que no vuelvas a pasar frío de nuevo.

Lo miré sin creérmelo. Me había hecho una manta, con sus propias manos.

—Te ha salido genial —sonreí admirándola—.

—¿Entonces te gusta? —me preguntó algo dudoso—.

—¿Gustarme? ¡Me encanta! Muchas gracias Moody —él sonrió satisfecho ante mi respuesta—. Esto... Respecto a lo del tablón... —comencé a decir—.

—¿Es cierto lo de la nota?

Realmente quería hablar de ello, pero el hecho de que él mismo me preguntara por ello me puso más nerviosa. Lo pasado hace minutos empezó a repetirse en mi cabeza. De nuevo, empecé a sentir aquella impotencia de no saber que hacer y cuando me quise dar cuenta estaba llorando de nuevo.

—¿Entonces es verdad? —volvió a preguntar con la voz algo apagada—

—No... —mentir, fue lo primero que mi cerebro quiso hacer como mecanismo de defensa—

—No entiendo, entonces, ¿por qué lloras? —me preguntó algo preocupado—

—Es Josie Pye, parece tener cierta habilidad siendo cruel y a veces funciona. Me humilló delante de todos...

Moody chasqueó la lengua y se acercó a mí, pasó sus brazos por encima de mis hombros, me pegó a él y me abrazó. Aquello me sorprendió, pero a la vez me tranquilizó, y consiguió que se me calmara la respiración.

—Ignórala, lo hace porque está celosa.

—¿Celosa? ¿De qué? —le pregunté, aunque mi voz sonó más baja de lo que esperaba ya que estaba entre sus brazos—.

—Por Billy.

—¿Billy? ¿Qué tiene que ver él en todo esto? —intenté separarme para que me explicara, pero él no me dejó, incluso me abrazó más fuerte— Moody.

—¿Sí? —se limitó a preguntar como si nada—

—Creo que esto no está bien.

—No me importa, realmente echaba de menos tus abrazos.

Eso me hizo olvidar todo lo ocurrido y sentí una inmensa alegría dentro de mí. Me abracé aún más a él, creí incluso escuchar su corazón a través de las capas de ropa de invierno. Pasado casi un minuto, sí que decidí que esto tenía que parar ya.

—Moody.

—Vale, sí —dijo avergonzado mientras se separaba de mí—. Perdón.

—No pasa nada, es solo que antes no estaba tan mal visto como ahora. Es decir, antes éramos considerados niños y ahora prácticamente adultos, deja de ser apropiado.

—Tranquila, lo hice porque sabía que aquí no nos vería nadie. No quisiera manchar tu nombre por nada del mundo —sonreí ante tal comentario—.

—Creo que debería volver ya a casa.

—Te acompaño, si quieres —se agachó y cogió nuestras cosas, me cedió las mías—.

—Creo que igual debería ir sola... —más que nada si alguien nos viera andar juntos podría malpensarlo—

—Te podría contar por el camino lo que pasó con Josie Pye y Billy.

Lo miré cómplice.

—Vale, pero solo por esta vez.


(~^.^)~ fin del capítulo ~(^.^~)

Holiiii, se que estuve algo ausente y el capítulo tampoco es nada del otro mundo, pero tranquilas que os lo compensaré. Tengo pensado subir otro cap mañana <3

Pd: ¿Qué creéis que habrá pasado con Billy? Quiero ver lo que os imagináis jeje 


Isabelle with an &quot;e&quot; ~ Moody Spurgeon (awae)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora