49. D.E.P. Querida escuela

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Anne y yo llegamos a lo que parecían que eran los restos de nuestra querida escuela, la cual ahora se había convertido en solo madera quemada y negra, donde aún salía algo de humo. Ambas, atónitas, no sabíamos que decir. ¿En qué momento había pasado esto? Ayer estábamos festejando lo bien que nos salió el plan y ahora esto.

El icónico ruido del motor de la bicicleta de la señorita Stacy me sacó del trance. Miré hacia mi izquierda y no tardó en llegar a nosotras. Dejó su bicicleta motorizada tumbada en el suelo y se acercó lentamente a nosotras.

—Cielo santo.

—¿Cómo...? —a Anne se le cortó la voz—

—¿...Pasó? —terminé de decir por ella—

La señorita Stacy se acercó al edificio y empezó a inspeccionarlo.

—Campana, estufa...

Los demás compañeros empezaron a llegar.

—Pero nada de la imprenta —terminó de contar la profesora—.

—La imprenta no se levanta y se va por si sola —comentó indignado Gilbert Blythe que acababa de llegar por detrás nuestra—.

—El fuego de la estufa estaba apagado, y tampoco fue un rayo —añadió Moody que llegaba junto con Charlie—.

—¿Qué pudo...?

—Pregúntale a quien se llevó la imprenta, porque no está aquí —le corté—.

—Pero ¿cómo que no está? —preguntó Tillie—

—¿Alguien ha hecho esto? ¿A propósito? —Diana le siguió—

—Me lo creo —comentó Josie Pye—.

—¿Quién? —se cuestionó Ruby—

—Alguien que no le gustó nuestro desafío —le contestó Gilbert—.

—No podemos dejar que se salgan con la suya —añadió Moody—, tenemos que hacer algo al respecto.

—Hicimos algo, y este es el resultado —respondió Tillie enojada—.

—Y ahora no tenemos nada —dijo Anne casi llorando—, es todo mi culpa.

Estaba a punto de consolarla, pero la señorita Stacy habló.

—Esto no es culpa de Anne, ni de ninguno de vosotros. Culpad a las mentes pequeñas. No sabemos que ocurrió, quizás nunca lo sepamos, pero no podemos permitir que nos destroce ni silencie. Sí, es un acto vil y cobarde, pero es la prueba de que hemos tenido repercusión. Enhorabuena. Ahora es el momento de centraros en vuestro futuro y los exámenes de acceso de Queen's y no en este acto de cobardía.

Aun después de la charla motivadora de la señorita Stacy, todos seguíamos con las caras largas y deprimidas. ¿Dónde se supone que vamos a prepararnos para las pruebas ahora?

Un pensamiento fugaz parece que pasó por la mente de Anne y salió de allí corriendo. Diana y Gilbert me miraron en busca de respuestas. Pero que fuera la hermana melliza de Anne no me daba el poder de saber que le pasaba por la mente.

Acto seguido la señorita Stacy nos dirigió hasta su casa. Estudiaríamos allí lo que quedaba de curso antes de los exámenes.

Al llegar me sorprendió, su casa en medio del bosque parecía de cuento. La profesora sacó las llaves y abrió la puerta principal.

—No es lo mejor, pero es lo que tenemos.

Empezamos a entrar en fila, algunos hacían comentarios sobre su casa.

—Su casa es muy acogedora.

—Gracias Ruby —le sonrió amable—. Esparciros por el comedor y el salón, espero que haya sitio para todos.

Estuvo a punto de cerrar la puerta, pero se quedó allí observando hacia afuera, me acerqué a ella y busqué lo que miraba. Se trataba de Anne que venía corriendo por el camino. Al llegar a la casa se paró a coger aire.

—¿Cómo sabías que íbamos a estar aquí? —preguntó la profesora—

—Isabelle... —intentó hablar—

—Ah, le dejé una nota en la escuela, justo encima de una tabla negra de la entrada.

—Se veía de lejos —comentó Anne casi riéndose, pero sin hacer ningún ruido por el cansancio—.

—El contraste del papel blanco con la madera —le expliqué a la señorita—.

—Buena forma de avisarle —sonrió—, venga vamos adentro. Coged asiento.

Las tres entramos y miramos el lugar.

—Id sacando vuestra tarea.

Anne fue hacia lo que parecía ser el salón y se sentó encima de un baúl, junto a Gilbert. Yo vi un asiento libre junto a Charlie, fui allí y me senté junto con el mencionado más Ruby, Moody y Jane.

Después de un rato haciendo los deberes, la señorita Stacy se puso a hacer algo en la cocina.

—Como mínimo, puedo ofreceros refrigerios —se dio la vuelta y en sus manos tenía una jarra de cristal llena de lo que parecía ser limonada—.

Nos puso un vaso a cada uno en la mesa y empezó a servirnos las bebidas.

Me quedé observando como servía mi limonada, pero me llamó la atención Moody, quien se encontraba enfrente de mí y Charlie, y que poco disimulado me estaba mirando embobado.

Le sonreí con algo de vergüenza, ya que estaba la profesora delante, y volví a intentar concentrarme en mi tarea.

Isabelle with an "e" ~ Moody Spurgeon (awae)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora