Cafetería de la Preparatoria Asahiyama...
- Menú de yakiniku, por favor. – solicitó un estudiante de cabello azul oscuro con un par de mechones levantados sobre la cabeza en tono serio.
- ¡Servido! ¡Que lo disfrutes!
Habiéndole servido la comida en su bandeja, dicho estudiante dejó unas monedas para pagar y se fue hacia su lugar habitual para comer en la cafetería, en medio de los murmullos de los otros que comentaban burlonamente como (otra vez) estaba comiendo su almuerzo solo. Por supuesto, esto a él no podía importarle menos.
El nombre de este estudiante era Fuutarou Uesugi, diecisiete años de edad, y cursaba segundo año en el salón 2-1. Por sus notas era considerado el mejor estudiante, pero nunca había sido particularmente sociable, pues lo consideraba una distracción para sus estudios. Si bien todos creían que era un solitario amargado y arrogante, esto tenía su razón de ser: Fuutarou vivía con su familia, consistente en sus padres y su hermana menor, que se ganaba la vida con una pequeña panadería que habían abierto algunos años atrás, y que era bastante popular entre los residentes de la zona. Aunque les iba relativamente bien, todavía estaban terminando de pagar las deudas por el préstamo inicial, y hasta que no se cancelaran del todo, él no podía sentirse tranquilo.
Así, Fuutarou se propuso estudiar con mucho ahínco, en busca de asegurarse una buena universidad y un buen trabajo. Entre más pronto pudiera independizarse económicamente, más rápido dejaría de ser una carga para sus padres, y más pronto podría empezar a ayudarlos a ellos y a su pequeña hermana. Por la misma razón, cuando no estaba estudiando, trataba de buscar trabajos de medio tiempo para llevar su parte a la mesa, o si era posible, darle a su hermanita algún gusto comprándole un regalo o llevándola a algún lugar donde pudiera divertirse.
Pero nada de eso importaba ahora. Mientras comía su almuerzo de yakiniku, el chico sacó de su bolsillo una mini-libreta de notas que usaba para repasar. Para él, cada segundo era importante, y como nadie quería comer con un "cerebrito amargado", de esa forma nadie lo molestaba.
Hasta aquel día, al menos...
- ¡Con permiso, disculpen! – dijo de pronto una voz femenina que sonaba algo chillona.
Fuutarou no le puso atención, ya que la mitad de su cerebro estaba concentrado en comer, y la otra mitad en repasar sus notas, hasta que oyó los pasos acercándose y el ruido metálico de la bandeja en su propia mesa, haciéndole voltear.
Vio que se trataba de una chica, que para empezar llevaba un uniforme distinto al de su preparatoria, por lo que dedujo que debía haber sido transferida recientemente. A primera vista podría haberla considerado atractiva: tenía buena figura, ojos azules, y cabello corto de un tono naranja a la altura de los hombros amarrado con un lazo verde que parecía un par de orejas de conejo. Si tan solo no fuera por esa sonrisa de chica tonta que le estaba dando sin motivo aparente.
- Jeje, disculpa, la cafetería está llena. – dijo rascándose detrás de la cabeza, sin dejar esa sonrisa que le estaba incomodando. – No te molesta, ¿verdad?
- Mientras no me interrumpas, haz lo que quieras. – dijo él lacónicamente.
- Muchas gracias. ¡Buen provecho! – dijo la chica mientras empezaba a comer.
Aun concentrado en su propio almuerzo y en su libreta, Fuutarou no pudo evitar espiar fugazmente de reojo el almuerzo de la chica, y mentalmente calculó el costo. Era un menú similar al suyo, pero con un tazón de arroz a rebosar por encima añadiendo pudín de postre y un par de empanadillas que seguramente totalizaban unos 950 yenes. Fuutarou usualmente solo lo veía en los estudiantes que estaban en clubes deportivos y necesitaban la energía adicional, y se preguntó si la chica sería una de esos.
ESTÁS LEYENDO
Forma del Corazón - Trébol de Cuatro Hojas
Fanfiction¿Cómo habría sido la situación de Fuutarou si su madre no hubiese muerto? ¿Y qué habría pasado si solo Yotsuba era transferida a la Preparatoria Asahiyama, en lugar de las cinco? AU FuutarouxYotsuba, posiblemente se formen otras parejas eventualment...