V

992 118 68
                                    

Un mes había pasado, desde que Louis dio a conocer que llevaba un pequeño ser en su vientre. Las consecuencias habían sido graves, aún pagaba algunas de ellas.

En la NASA se había levantado una trinchera en medio de una guerra garrafal sobre aquellos que demandaban que el castaño volviera a la Tierra para poder atender su embarazo que de por sí ya sería una anomalía, un embarazo nuevo y desconocido para la ciencia, y el otro lado de la moneda lo comandaban quienes exigían se quedase en el planeta rojo ya que el cambio de condiciones en medio del embarazo traería consecuencias aún peores. Y por último, Louis, cuyo único deseo era el de ver a su bebé sano y salvo, que naciera dentro de los parámetros de salud como cualquier otro pequeño.

Con cinco meses de embarazo y un mes en Marte, Louis ya cargaba con bastante sobre él, pues mientras le daban una resolución sobre su estancia en aquel planeta su sanción había sido dictada. Si la NASA deliberaba que debía volver a la Tierra, quedaba vetado de todo experimento de campo, únicamente podría trabajar dentro de las instalaciones, eso había sido un golpe muy fuerte para su sueño, y su currículum. Vetado. Quién antes había sido vetado de la NASA. Y si decidían que debía quedarse su hijo tendría que ser parte de dicha institución y trabajarían con él por si nacía con alguna anomalía, lo que de por si era seguro. Su hijo si o si sería utilizado como ratón de laboratorio. Evidentemente Louis no quería eso para él o ella, pero sabía que lo mejor sería quedarse en Marte, si su hijo sería estudiado al menos así él estaría al tanto de todo lo que se le practicara e intentaría darle una vida lo más normal posible. En la Tierra no habría esa posibilidad, su pequeño o pequeña crecería rodeado de medios, siendo observado a cada segundo por ser la única persona en estar en el espacio aún dentro del vientre, sería perseguido cuál zorro en cacería. No, él no quería eso.

La estación espacial había sido colocada con éxito, ahora comenzaban a invertir espacio y recursos en cumplir el propósito que los llevó ahí, sembrar vida. La estación contaba con algo similar a la gravedad gracias a Niall y a su equipo de diseñadores en la Tierra que con ayuda de tecnología basada en el magnetismo podían desplazarse como en el planeta verde, no era tan fácil pero les permitía tener sus pies en el piso, debido a que la gravedad en Marte era aproximadamente un tercio de la que tenía la Tierra los objetos tenían que ser tres veces más que su peso común o aún debían estar sujetos a una superficie, por lo que aún dormir era un poco complicado; tenían electricidad debido a dos grandes plantas industriales generadoras de esta, así que por eso no se preocupaban; el oxigeno era otro tema importante, Louis había realizado algunos estudios previos y los suministros de agua y oxígeno que debían ser distribuidos de forma correcta pues ahora no solo era para ellos sino que las nuevas semillas por germinar debían verse beneficiadas, por lo pronto, dentro de la estación no era necesario cargar con aquellos pesados tanques, sino que un sistema parecido a los de ventilación se encargaba de suministrar el oxígeno de forma correcta por toda la estación. Si bien la tierra de Marte aún no contaba con las condiciones para ser fructífera, si podían adaptarse a esto. La sonda en la que viajaban contaba con todo lo necesario para instalar un invernadero con diversas plantas, pronto llegaría más equipamiento para poder establecerse de forma permanente y tener una calidad de vida aceptable, mientras tanto el trabajo de Louis era acomodar cada semilla con cierto espacio de distanciamiento, era lo más fácil, él estaba eternamente agradecido con Liam por asignarle las tareas, pues su pequeño o pequeña ahora era mucho más visible, y gracias a los zapatos especiales que poseía ahora podía sentir el peso de su pequeña barriga, lo que comenzaba a verse reflejado en su energía.

En las consultas y chequeos que había tenido con Liam, éste le había dicho que si bien sus bebé tenía menos peso y se veía ligeramente más pequeño todo se encontraba bien, en aproximadamente un mes podría saber el sexo y esperaba seguir ahí en Marte para entonces. Su vida en aquel planeta no solo se basaba en realizar sus tareas, sino también en imaginarse a su pequeño.

Un tema que de verdad no había rodado por su cabeza fue Harry, en realidad lo tenía sin cuidado aquello que el rizado pensara. No se habían dirigido la palabra desde el aterrizaje y la tremenda noticia de su embarazo, y Louis no esperaba más, si a Harry no le interesaba pues era su problema, Louis ya tenía bastantes. De pronto llegaban a colaborar en alguna tarea pero su comunicación se basaba en sonidos de afirmación o negación, tenían tiempo sin mirarse a los ojos y de alguna forma a Louis ya no le dolía tanto.

Justo al terminar de sembrar las 250 semillas se dirigió hasta la llave de los aspersores y dio paso a la llave que distribuía el agua por presión entre cada plantación con tubos que pasaban entre la tierra de los contenedores, de verdad Niall si que era el mejor en su trabajo pues había logrado que todo sobre las plantaciones quedara en su lugar y no estuviese suspendiéndose en el espacio, inclusive caminar por el invernadero le parecía más fácil.

La puerta eléctrica se abrió detrás del castaño y escuchó claramente la voz de Harry— Louis ¿podemos hablar?

Debido a la ventilación y el oxígeno en la estación ahora ya no era necesario cargar con su radiofrecuencia para poder comunicarse— dime —respondió Louis en un tono neutral aunque sin mirarlo pues estaba concentrado en que los tubos del agua funcionaran correctamente.

— Se que sabes a qué vengo ¿es mío, verdad?

Louis suspiro y agradeció que los monitoreos de la Tierra sólo fueran visuales, ya no tenían mucho acceso a lo que dijeran a menos que esa fuera la intención — Sabes cuanto tengo de embarazo así que realizar esa cuenta es de lo más fácil ¿No crees?

— No quiero hablar con el Louis de las matemáticas —el sabía que el ojiazul tenía muchos lados, coqueteo con el infinidad de veces así como tuvo pláticas serias.

— ¿Entonces con cuál? Aquí solo soy el matemático del grupo, solo cuestiones laborales— respondió Louis mirando hacia la ventana que tenía el invernadero, si estuvieran en la Tierra y esa ventana pudiera abrirse lo haría, porque comenzaba a faltarle el aire.

— No me malinterpretes, yo se que es mío solo quería confirmarlo —dijo cabizbajo.

— Pues confirmo, dicen los chicos en la Tierra —respondió louis en un tono serio mientras seguía inspeccionando los pequeños tubos transparentes.

Harry quiso reír pero se aguantó — yo... quiero pedirte un favor, me vas a odiar después de esto, pero es necesario.

Louis se alarmó ante lo que le decía el rizado, su mente comenzó a fabricar miles de propuestas— Solo dilo —exigió.

— Por favor no reveles quien es el padre —Harry se acercó más al castaño y se aguantó las ganas de tomarlo del hombro para obligarlo a míralo.

No fue necesario, Louis se volteó a mirarlo primera vez desde que lo escuchó entrar — ¿disculpa? —preguntó en un tono de indignation completo.

— Te cedo todos los derechos, si quieres te firmo un papel. Se que no dije nada al enterarme pero estaba asustado, no quiero un hijo y no solo no lo quiero, no me conviene, no en este momento, ademas tú y yo no somos nada.

El ojo azul ignoró aquello último— ¿Entonces cuando? ¿En cinco años que estes arrepentido, lo hayas conocido y quieras pelear para recuperar los derechos a los que ahora estás renunciando? —preguntaba refiriéndose a la vida que llevaba dentro.

Harry abrió la boca en símbolo de sorpresa y no supo que decir— No yo...

— Sabes qué, solo cállate. Mi hijo o hija no tiene más padre que no sea yo, si querías venir a hacerte el maduro solo dejaste en claro lo cobarde que eres —sin mas Louis salió enfadado del invernadero y no era para menos.

Harry se quedo ahí parado esperando que Louis respondiera a su súplica con silencio.





_________________________

Pensaba dejar una caminata normal, con gravedad y eso, como en la película de El espacio entre tú y yo, pero es cero realista ya que Marte tiene 3.711 m/s2 y la Tierra 9.807 m/s2 así que obviamente no se puede caminar normal.
Recuerden que no soy médico, ni ingeniero o algo, por lo que la idea que caminen con imanes en los zapatos solo se me ocurrió, no investigue nada al respecto y no se si sea real.

Spaces [Larry Stylinson, mpreg]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora