Donde las cosas empezaron || The Umbrella Academy

3.

_____________ había llegado a la misma ciudad, pero sin duda en diferente día y año. Miró atrás, aún podía ver la academia, pero no a sus hermanos tras de ella.

—Tal vez un poco más —murmuró.

Abrió otro portal y corrió rumbo a el. Cuando entró estaba nevando, lo cuál le provocó un poco de frío. Frotó sus manos y miró la fecha en la televisión donde daban las noticias, era 23 de Diciembre del 2016, casi era navidad.

Miró a todos lados, pero aún dudaba que fuera ahí, tal vez un poco más. Abrió otro portal y una vez más lo cruzó corriendo.

Era de noche y miró un periódico que había tirado, estaban en el 2019, pero aún sentía que aquella no era la fecha. Iba a abrir otro portal, hasta que la tienda de televisores llamó su atención. Hablaban de la muerte de Reginal Hargreeves, su padre.

—¿Qué rayos? —murmuró.

Siguió mirando la noticia, donde solo decía que había fallido tal vez de un ataque al corazón. Se preguntaban si sus hijos se iban a reunir de nuevo, ya que la Academia Umbrella no estaban juntos desde hace años.

_____________ no tardo en corre de nuevo a la Academia. Entró por aquellas escaleras que para ella había bajado hace media hora. Entró con cuidado y sin hacer algún ruido. Abrió la puerta de su habitación y salió. Parecía que no había nadie. No debía de verla nadie.

Bajo las escaleras, esperando a escuchar a Pogo o a su madre, pero no, era a la vez muy tétrico estar en la Academia sin ningún ruido.

Al llegar a la sala vio la pintura de Cinco que ella había pintado, aún no aparecía o la habrían tal vez quitado. Al lado estaba una pintura también de ella. Con lentitud se fue acercando para mirarla y luego escuchó pasos, así que no dudó en abrir un portal y aparecer en el patio trasero.

—Tengo que encontrar a Cinco y regresar a nuestra época —murmuró.

Miró unos segundos la estatua de Ben y después abrió un último portal. Estaba vez cayo al suelo, estaba cansada de usar mucho su poder en un solo día, sabía que tenía que planificarlo más. Estaba tan cansada que cerró sus ojos, las fuertes emociones y lo débil que se sentía la hicieron desmayarse.

Cinco una vez más estaba ahí, reuniendo cosas que le ayudarán a sobrevivir y para ser muy masoquista siempre iba a buscar cosas a la Academia. Dos años había pasado solo ahí, después del Apocalipsis no había ningún rastro de vida humana que no fuera él.

Al llegar a la Academia siguió con los suyo, moviendo algunas pedazos de estructuras para encontrar cosas que le sirvieran. Al teletransportarse al patio trasero y poder ver si hoy sería el día en que pudiera entrar a la cocina vio un cuerpo en el suelo.

Se quedó de pie inmóvil por unos segundos. Él había movido los cuerpos de sus hermanos y los había enterrado. Aquel cuerpo era nuevo. Dio unos pasos más, hasta que la observó bien quien era aquella persona en el suelo; traía su uniforme y en el suelo había una mochila.

Sin perder el tiempo corrió hacia ella y se agachó a su lado, empezándola a mover sin brusquedad.

—Despierta —dijo mientras ponía sus manos en sus mejillas—. Vamos, _____________.

De su mochila sacó una botella con agua, le echó un poco en el rostro de ella, haciendo que hiciera una pequeña mueca y balbuceara algo sin sentido.

—Mierda, estás viva —dijo Cinco feliz y la abrazó.

—¿Qué ocurre? —murmuró un poco débil y abriendo los ojos.

—Pensé que estabas muerta —murmuró Cinco aún sin dejarla de abrazar.

—¿Cinco? —dijo ella desconcertada al escuchar su voz.