8.

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Todos en La Comisión hablaban del nuevo recluta que consiguió La Encargada, un nuevo asesino que en poco tiempo empezó a llevarse mucho reconocimiento. Pocos lo habían visto, pero estaban impresionados por su forma de matar. Solo podían hablar de Número Cinco y de cómo en poco tiempo había llegado a ser el mejor en solo un mes.

—Te remplazaron, Ollie —le dijo otros de los asesinos a la chica, quien solo rodó los ojos.

Habían ido La Comisión, ya que La Encargada quería darle una misión personalmente. Iba vestida de negro y aun con la mitad de su cara tapada, así que casi nadie en la comisión le conocía realmente su rostro. Aquel tipo la siguio molestando hasta que cansada, lo tomo del cuello y lo estrello contra la pared.

—¿Aprecias tu vida, Roy? —le dijo amenazante mientras aquel hombre tragaba saliva. A pesar de que ella era algo mas baja que él, le tenia miedo.

Roy asintió con la cabeza lentamente, pero la chica aun no lo soltaba, en realidad apretaba más su agarre, hasta que oyeron abrirse la perta del despacho de la La Encargada.

—Déjalo vivir —le dijo con una sonrisa la Encargada a la chica, quien lo soltó de mala gana—. Ahora largo de aquí antes de que me arrepienta —el hombre no lo pensó dos veces y se fue rápido de ahí—. Ahora entra, querida —le hablo en forma maternal—. Quiero presentarse a alguien.

La chica entro al despacho de La Encargada, al dar un paso adentro pudo ver a una hombre de más de cincuenta años tal vez, sentado en una de las sillas, parecía estar aburrido ahí. Cuando noto a la chica la miro también aburrido y luego miro a La Encargada, que entro atrás de la chica y cerro la puerta con una sonrisa.

La chica mira al hombre con desconfianza, haciendo que él le regresara también esa mirada y aun más al verla vestida de aquella forma y cubriendo la mitad de su rostro.

—Ya que estan aquí —habló La Encargada y se sentó en su silla atrás del escritorio—, podemos hablar de la misión de hoy.

—Pensé que solo iríamos nosotros —gruño el hombre.

—Necesito a mi mano derecha conmigo —dijo la mujer con una sonrisa—. Ollie, es la mejor.

—Pues no lo parece —dijo mirando de arriba a bajo a la chica.

—Lo miso diría de alguien de su edad —respondió la chica en forma burlona, haciendo sonreír a La Encargada.

—Vamos, Cinco, ella es muy buena en su trabajo —aseguró la mujer.

La chica soltó un resoplido graciosos. ¿En serio él era el famoso Cinco?

Cinco miró la miró mal por aquel gestó. La observo detenidamente, evaluándola, como queriendo saber que tan peligrosa podía ser. Miro desde su botas negras, pantalón y blusa negra de manga larga, nada que le indicara que tuviera algún arma escondida. miro su rostro o la parte que solo él podía ver, sus ojos, unos ojos grises que lo hicieron removerse incomodo en su asiento y volvió a mirar a La Encargada.

Los tres fueron a la misión tan importante que para La Encargada. La chica aun no entendía porque la quería ahí, si fue Cinco el quien mato a las personas, a una pareja en realidad.

—¿Por qué estoy aquí exactamente? —preguntó la chica cuando Cinco les indicaba que podían entrar a la casa.

—Necesito que encuentres a alguien ahí —sonrió mientras caminaban—. A una pequeña personita y la lleves a mi despacho sin que te vea nadie. ¿Podrás hacerlo?

La chica miró incrédula a la encargada, ¿en serio para eso la llevó?
Asintiendo con la cabeza mientras ambas entraron. La Encargada fue con Cinco, para verificar que los objetivos estuvieran muertos, mientras la chica miraba todo el lugar.

Donde las cosas empezaron || The Umbrella AcademyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora