20.

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Klaus había seguido a Luther, no iba a dejar solo a su hermano y en un estado nada apropiado de él. Cuando llego al antro, para él era muy difícil, incluso estaba apunto de drogarse otra vez, hasta que vio que iban por su hermano por estas bailando con una chica. Recibió un buen golpe en la cabeza cuando aquel tipo lo derribo y al abrir los ojos se encontraba en un sendero del capo en el suelo.

Se levanto y miro alrededor, hasta que vio una niña en bicicleta acercándose a él.

—Hola —le dijo Klaus.

—Casi no te vi —le dijo ella cuando se detuvo frente a él—. Te mezclas con el entorno. Tan pálido. ¿No tienen sol allá abajo?

—¿Cómo que allá abajo? —preguntó entre desconcertado y sorprendido Klaus—. ¿Dónde estoy?

—¿Dónde crees?

—No estoy seguro, soy agnósticos así que...

—No importa —lo interrumpió—. No te puedes quedar aquí.

—¿Por qué no?

—Para ser honesta, no me caes bien.

—Sí, a mí tampoco. Espera un minutos, ¿no se supone que debes de amarnos a todos?

—¿De dónde sacaste esa idea? —dijo divertida—. Te necesito para que pueda escoger, y no tengo una buena impresión de ti.

—Espera —la interrumpió Klaus—. ¿Tú nos hiciste? ¿Tú me hiciste?

—Hice todo lo demás, así que bebí haberte hecho —Klaus rio—. ¿Por qué? ¿Tienes otra idea?

—Quizás. Un par. No sé.

—Entonces guárdatelas. El tiempo vuelo, así que, date prisa. Te esta esperando —y giro un poco la cabeza.

—¿Quién? —ella señalo con la mano y Klaus giro a ver, era un pequeño cobertizo en el bosque, él no pudo evitar sonreír—. Dave

Ella lo miro y le regalo una pequeña sonrisa. Klaus empezó a correr ahí, gritando el nombre de Dave, pero al entrar ahora estaba dentro de un barbería. Aun más desconcertado miró el lugar unos segundos, para luego sentarse en una de las sillas. Se sobresalto cuando llego a ponerle un capa alrededor de su cuello. Luego le puso una toalla mojada con agua caliente mientras así girar la silla.

—Sí... —dijo Klaus—. Eso se siente tan bien.

—Por el amor de Dios. ¿Por qué tardaste tanto? —Klaus se quito la toalla de la cara y lo miró.

—Papá.

—Esperaba que mi hijo —dijo mientras dejaba una franela en el hombro de Klaus—, que puede invocar a los muertos me llamara hace días.

—Sí, bueno, veras... es complicado. Lo intente —dijo mientras Reginal le ponía crema de afeitar en su barba—. Lo hice, pero...

—Estuviste envenenándote —lo interrumpió mientras le seguía poniendo crema de afeitar.

—¿Qué esperabas? Acabas de morir. No soportaba tanto dolor.

—No te atrevas a usar de excusa para tu debilidad.

—Cierto, sí. No tuviste nada que ver con eso. ¿Encerrarme en un mausoleo con cadáveres a los 13 años? —miró a su padre que ahora se acercaba con una navaja—. Tienes razón. Es irrelevante —Reginal suspiro y se acerco con la navaja, pero Klaus alejo su cara—. Cuidado.

—No te preocupes. Ya estás muerto.

—Pues eso es un alivio —dijo mientras su padre empezaba a rasurarlo.

Donde las cosas empezaron || The Umbrella AcademyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora