13.

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Diego salia del centro comercial, donde estaban los policías investigando sobre una nueva escena del crimen que hubo en la noche, gracias a Cha-Cha y Hazel. Frunció el ceño cuando vio a una chica con pantalones negros, botas y una blusa blanca recargada en su auto.

—¡Hey! —dijo Diego en voz alta—. ¡Estas recargada en mi auto! —ella giro su cabeza para verlo—. ¿___... ____.. _________? —tartamudeo y se detuvo a dos metros de ella.

—¿Así vas a saludar a tu hermana preferida? —dijo divertida.

Diego reacciono y no dudo en ir a abrazarla. Aquella muestra de afecto no sorprendió a ____________, pero si sus hermanos vieran esa faceta, se estarían burlando, porque Diego siempre se hacía el rudo con los demás.

—Por Dios —dijo cuando la soltó—. Pensé que estabas muerta.

—Todos pensaron eso —hizo una mueca.

—¿Desde cuándo estas aquí?

—Des ayer. Cinco y yo nos encontramos, se podría decir —hizo una mueca—. Así que solo me faltaba de verte a ti —Diego frunció el ceño—. ¿Quién es ella? —señalo con su cabeza a la agente Patch, que los miraba sin disimular desde la entrada del centro comercial.

—Una amiga de la policía —respondió Diego y volvió a mirar a su hermana—. Dime que no vas a empezar hablar con palabras científicas como lo hizo Cinco cuando llego —ella negó divertida con la cabeza—. Gracias.

—En realidad no vengo a hablar contigo acerca de como regrese aquí —Diego volvió a fruncir el ceño—. Sé que todos quieren una explicación mía, pero Luther quiere que nos reunamos en La Academia.

—Yo no sigo ordenes de Luther —dijo enojado y caminando al otro lado del auto.

—Diego, es sobre mamá.

Cinco había robado una furgoneta y estaba estacionado frente al edifico donde hacían las prótesis para los ojos. No se iba a dar por vencido, sabia que podía obtener más información sobre quien era el dueño de aquel ojo. Miro a ambos lados de las calles, hasta que un recuerdo del pos-apocalipsis llego a su mente. Empezó a ver todo el lugar destrozado, lo cuál estaba haciendo que entrara en pánico, hasta que escucho que tocaban la ventana de la otra puerta y giro la cabeza, era Luther.

Número Uno abrió la puerta y empezó a entrar con algo de dificultad al asiento del copiloto. Cinco lo miraba desconcertado, como si su hermano no fuera real.

—¿Estas bien? —preguntó Luther.

—No deberías estar... ¿Cómo me encontraste?

Señalo con la cabeza la parte trasera de la furgoneta y ambos miraron a Klaus abrazando al maniquí y dándole besos, para luego mirar a sus hermanos.

—Hey —se quejo—. Dennos privacidad, chicos. Mi amiga es algo tímida —Cinco le lanzo lo primero que encontró la furgoneta.

—Salgan —dijo enojado—. ¡No puedes estar aquí! Estoy en algo importante —y volvió a mirar al frente.

—¿Tuviste suerte hallando al tipo de un ojo? —preguntó Klaus acercándose a sus hermanos.

—¿De que esta hablando? —preguntó Luther.

—¿Qué importa? Es Klaus —Número Cuatro miro a Cinco y luego a Luther—. ¿Qué Luther?

—Puede que Grace pude tener algo que ver con la muerte de papá —Cinco lo miró unos segundos—. Necesito que vuelvas a La Academia. Es importante.

—Es importante —dijo Cinco con ironía—. No tienes la noción de que es importante.

—Oigan —hablo Klaus—. ¿Nunca les conté sobre la vez que me depile el trasero con un pudín de chocolate? —sonrió divertido a sus hermanos para luego reír—. Dolió muchísimo —ambos hermanos hicieron muecas de asco.

Donde las cosas empezaron || The Umbrella AcademyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora