6.

1.6K 95 9
                                    

Cinco pestañeo varias veces para por fin poder despertar. Se sentía débil. No sabía cuánto tiempo había pasado desde que cerro los ojos, pero tal parece que había sido días, porque noto una ligera capa de polvo en su rostro, el cual limpió con sus manos.

Tosió un poco y se sentó lentamente, seguía algo desorientado. Miró a todos lados mientras su vista se aclaraba, estaba solo.

—¿____________? —la llamo con voz débil.

No tuve respuesta alguna. Volvió acostarse por unos minutos más, necesitaba recuperar energía, tal vez ella regresara en un rato. Pero aquel rato se convirtió en dos horas, donde Cinco empezó a sentir mejor, pero ahora estaba preocupado al ver que la chica aún no llegaba.

Como pudo se levantó y aún con más fuerzas que puedo, se teletransporto a la Ciudad. Se tuvo que sostener de una columna antes de caer al suelo.

—¿Donde rayos te metiste, ____________? —murmuró.

Una vez más, tomando fuerzas de donde tuviera empezó a caminar al centro comercial, lo último que recuerda es que escuchó decir que volvería pronto.

Volvió a toser mientras entraba al centro comercial, tal vez esté buscando algunas medicinas. Se tambaleaba un poco, pero seguía de pie, tenía que encontrarla. Al entrar pasó de largo varias secciones y llegó a la farmacia. En el mostrador encontró la mochila de ____________, pero solo estaba eso.

Miro a todos lados un segundo, como evaluando la situación y entonces se dio cuenta que hubo una pelea, sobre todo por la sangre que había en el piso.

—Mierda, mierda, mierda —murmuró.

Se fue acercando poco a poco al rastro de sangre, pero al llegar no había nada, ni siquiera un cuerpo, pero ya no había más rastro.

Sus fuerzas empezaban a regresar, necesitaba encontrarla y saber que estaba bien, que estaba viva. Empezó a recorrer rápido todo el centro comercial, donde encontraba también rastros de pelea y aún más desastre del que había.

Al pasar junto a la sección de mujeres, noto que Dolores estaba en el suelo y con algunas huellas de sangre en su rostro.

—¿Que ocurrió? —le preguntó al maniquí—. ¿Dónde está _____________? —segundos después soltó una risa nerviosa—. Debo de estar loco para preguntarle un maniquí —soltó un gruñido y se sentó en el suelo, empezaba una vez más a sentirse débil—. ¿Dónde estas ____________? —murmuró al borde del llanto.

Número Ocho abrió los ojos y lo primero que vio fue un techo de color blanco, le dolía su cuerpo y no se diga el costado donde había recibido una bala por tratar de escapar de aquellas personas que trabajaban para La Comisión; ella solo quería volver con Cinco.

Miró a su alrededor, estaba en una celda, con la luz muy baja. Miró de nuevo su costado, alzo su blusa y se dio cuenta que tenía una una venda, alguien había curado su herida. Se levantó del suelo e intentó usar su poder para abrir un portal y salir de ahí, pero no podía, era como si su poder hubiera desaparecido. Lo intento por varios minutos, pero no funcionaba.

—¿Qué mierda pasa? —murmuro mirando sus manos.

—Yo que tú no le intentaba, te vas a debilitar más —le dijo La Encargada llegando con una sonrisa.

—¿Qué me hiciste? —preguntó la chica enojada mirándola tras las rejas.

—Nada que no tenga solución —sonrió dulcemente—. Te dije que te necesitaba aquí.

—¿Donde está Cinco? —preguntó sería—. Si algo le pasa...

—Él estará bien, supongo —lo pensó unos segundos—. Sé quedó en el Post-Apocalipsis. Solo —sonrió cuando vio que aquella palabra tuvo algún efecto en la chica—. Disfruta tu estadía con nosotros.

Donde las cosas empezaron || The Umbrella AcademyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora