19.

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Luther se puso a beber en la Academia, ¿la razón? Había encontrado todos los paquetes que le envía a su padre desde la luna, ocultos y sobre todo cerrados, no había abierto ninguno de ellos. Se sentía enojado y decepcionado.

—¡Luther! —grito Klaus buscándolo—. Luther —dijo entrando a la sala con una soga—, necesito que me ates... ¿Estas bebiendo? —lo miró sorprendido. Mierda —se empezó a reír—. Mierda, estas borracho. Y saqueaste los preciados licores de papá —señalo mientras se acercaba al rubio—. Se pondrá furioso.

—Ve por él —Klaus dejo de sonreír—. Por, papá, ahora.

—Sabes que no puedo. Te lo dije —Luther lo tomo fuertemente del cuello.

—Es mentira —dijo enojado sin aflojar su agarre y lo alzo del suelo.

—Por favor —dijo Klaus dándole unos golpecitos en su brazo ya que casi no podía respirar. Luther lo soltó y cayó al suelo, tratando que su respiración se normalizara—. Santos Cielos —dijo con algo de dificultad—. ¡Luther! Claro que lo intenté —habló enojado—. ¿Esta bien? —se empezó a levantar—. Dios sabe que lo intenté, pero es igual a como era en vida, in idiota obstinado.

—Tienes que responderme por lo que me hizo. Por enviarme hasta allá. Lo sacrifiqué todo por él, mi vida. Nunca dejé esta casa. Nunca tuve amigos. ¿Y para que? —tenía algunas lagrimas acumuladas en los ojos—. Para nada —miro al vació.

—No —le dijo Klaus—, no, no —se acercó a él—. Oye... Relájate, solo relájate. Podría intentarlo de nuevo —le dijo con más calma mientras su hermanos se sentaba—. No prometo estar todo sobrio. Pero... Oye, basta —Luther estaba bebiendo de una jalón todo su vaso—. Suficiente de eso. Vamos, basta —se acercó a él—. Vamos, vamos. Anímate, grandote.

—Está bien. Solo vete.

—Oye, ¿por que no vamos a buscar a los demas? —sin duda estaba preocupado por ver a si a Número Uno—. Allison te podrá ayudar.

—No quiero. No quiero que nadie me vea así. Además, sería una carga para ellos. Están haciendo algo importante.

—¿De qué estas hablando? Eres nuestro Número Uno, ¿lo olvidaste? ¡Capitán, mi capitán! —le dijo divertido haciendo reír a Luther y se sentó a su lado—. ¿Recuerdas? —ambos sonrieron—. Si, ¿verdad? —Klaus dejo de sonreír al darse cuenta que Luther empezó a llorar—. Luther —le dio unas pequeñas palmadas.

—Diego tenía razón. Papá me envió a la luna porque no soportaba verme. Ver, lo que me había hecho. En lo que me convertí.

—No, no. Eso no es... Maldita sea, papá fue un imbécil hasta el final. Ya sabes, si... Si hay algo más... que pueda hacer, o...

—Quiero ser como tú. Quiero hacer lo que sea que tú hagas...

Diego, Allison, ___________ y Cinco llegaron a la casa de Leonard o en realidad Harold. Bajaron los cuatro del auto para poder entrar a la casa.

—Cuidado. No sabemos de lo qué sea capaz Peabody —les dijo Allison.

—No me pareció peligro cuando lo conocí —dijo Diego—. Es medio escuálido.

—Sí, así como la mayoría de los asesinos y psicópatas —dijo ______________.

—Míralo a él —Allison señalo a Cinco.

—Gracias —dijo Cinco.

Allison se fue a la parte trasera, ______________ abrió un portal para entrar a la casa, para segundos después tener al lado de Cinco.

—¿Y Diego? —preguntó al no ver al latino. Entonces escucharon un ruido, Número Dos se había lanzado contra la puerta rompiendo el vidrio—. Sutil —le dijo cuando los tres hermanos fueron hacía él.

Donde las cosas empezaron || The Umbrella AcademyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora