4.2 Great News

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A.

Los días del resto de Agosto Amelia los paso junto a los Weasley en compañía de Leah, Hermione y Harry.
Los días eran más lluviosos que de costumbre y no los dejaron hacer mayores cosas que jugar juegos de mesa; Ron se había propuesto a enseñarle ajedrez mágico, pero la chica simplemente era pésima para eso, incluso las veces que Ron trataba de hacerse perder él mismo para dejarla ganar, ella era la que de una u otra forma terminaba perdiendo.
No pudieron convivir tanto con el señor Weasley y agradeció que tampoco pudiera hacerlo con Percy; ambos se encontraban yendo constantemente al ministerio, el cual se encontraba vuelto loco con todo lo sucedido en el Mundial de Quidditch. La pobre señora Weasley pasaba las tardes observando con preocupación su reloj familiar, esperando que la chuchara de Arthur apuntara a "Viajando" en lugar de "En el trabajo". Amelia trataba de ayudarla a distraerse pidiéndole que le enseñara a cocinar e incluso a tejer, pero la pobre no podía despegar su mirada.
Leah, por su parte, pasó gran parte del tiempo junto a Fred y George escondiéndose de Molly mientras hacían pedidos de raros ingredientes, los cuales Amelia sabía que eran para cumplir su más grande sueño: Sortilegios Weasley.
El último día de vacaciones Cedric le mandó una carta a Amelia donde le contaba que su padre estaba igual de alborotado que el señor Weasley y preguntarle repetidas veces que si se encontraba bien. Se despidió de ella diciéndole lo emocionado que estaba de volver a verla y esperaba poder charlar con ella aunque fuera unos instantes dentro del expreso. Para ser verdad, Amelia tomó con bastante calma la situación de los mortífagos, quizás fue su ignorancia respecto al tema que impidió que entrara en pánico. Sin embargo, de su mente no salía Malfoy; no le había contado a nadie lo ocurrido y tampoco tenía el valor de escribirle al rubio una carta pidiéndo explicaciones.

La mañana del primero de Septiembre fue igual de alborotada que todas las demás ocasiones; tuvieron que pedir taxis muggles que los llevaran a King Cross, ya que el señor Weasley había tenido que irse temprano al ministerio. Al llegar, Amelia cruzó el gran muro de la plataforma 9 3/4 junto a Ginny. El conjunto de estudiantes se despidió con abrazos de la señora Weasley y subieron al tren, buscando un vagón donde todos pudieran caber. Al subir, se encontró con Cedric sentado con Zacharias Smith y Ernie Macmillan, en cuanto la vio a través del vidrio del vagón, salió disparado a abrazarla, ignorando las burlas de sus compañeros.

-Gracias por la carta- le dijo Amelia mientras se separaban- veo que estás bien.

-Mejor en estos momentos- le sonrió- ¿Cómo fueron tus días en la Madriguera?

-Bastantes buenos y tranquilos- le sonrió de vuelta.

-Ya bésala, Diggory- escuchó a Ernie gritar por detrás, a lo cual Cedric rio nervioso.

-Te veo después, ¿Te parece?- dijo Amelia nerviosa- tus admiradores te extrañan.

-Claro- asintió con la cabeza- me alegra el verte de nuevo, Brumby.

Cedric besó la mejilla de la chica antes de regresar al vagón, Amelia pudo escuchar las burlas de sus compañeros mientras se alejaba de ahí y buscaba en dónde se habían sentado todos sus compañeros. En un vagón se encontraban Ginny, Leah, Fred y George, Amelia decidió tomar asiento con ellos. Gran parte del camino Ginny les contó a Amelia y Leah lo grandioso que era su hermano Charlie; había pasado bastante tiempo de las vacaciones mandándose cartas con él y de verdad esperaba que pudieran conocerlo.
Fred y George iban sumergidos en su plática mientras decidían el color de empaque para unos grandes caramelos macizos. Después de un rato, Amelia y Leah decidieron ir al vagón donde se encontraban Ron, Harry y Hermione. Cuando llegaron, notaron la compañía de  Seamus, Dean Thomas y Neville, todos conversando sobre lo impresionante que había sido el Mundial de Quidditch. Amelia rio al ver el rostro molesto de Hermione mientras leía un gran libro.

Hard feelings |Draco Malfoy ||Cedric Diggory|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora