Hard feelings |Draco Malfoy ||Cedric Diggory|

5.9 A chance

A.

No había día en el que Amelia no se cuestionara sus elecciones, a pesar de prestar atención a todas las clases y seguir sacando grandes notas en su mente siempre había un rastro de los pensamientos sobre su vida amorosa que se evaporaban cada que se descubría a si misma pensando en ello demasiado.

A contarle a Leah lo sucedido, su amiga reacciono contrario a lo que Amelia esperaba; no lo tomó tan bien como pensaba e incluso paso toda una tarde sin dirigirle la palabra a su mejor amiga. Cambio todo cuando Amelia se dedicó a exponerle sus puntos de vista y se mostró un poco más comprensiva con ella.

La madre de Amelia, durante las vacaciones de verano, tuvo una plática bastante curativa con su hija donde le recalco repetidas veces que no debía privarse de vivir otra experiencia amorosa después de la muerte de Cedric. Le dijo que agradecer el que alguien tan lindo como Cedric hubiera sido su primer amor y le brindara la mejor de las experiencias pero no tenía por qué cerrarse a experimentar algo igual de bello con alguien más

- Si, el primer amor es bastante bello. Pero el segundo amor lo es aún más, es aquel que te permite volver a sentir las mariposas en el estómago y sonreír como tonta al saber que cosas maravillosas pueden ocurrir.- le dijo su madre mientras acariciaba su cabello tras despertar de una pesadilla nocturna aquella noche.

Al recordar esas palabras se dio cuenta que se sentía de esa misma manera cada que se encontraba cerca de Draco. Él tenía razón; Desde hace un tiempo atrás Amelia comenzó a asentir algo por Draco que simplemente no podía aceptar. Pero los sentimientos se encontraban ahí, escondidos y con miedo de ser mostrados.

Una oportunidad. Sólo le daría a Draco una sola oportunidad para demostrarle que aquello podía funcionar. Por supuesto, estaba temerosa de lo que podría suceder en el transcurso pero qué es la vida sin tomar unos cuantos riesgos.

-Eh, Brumby- escuchó la voz de Pansy hablarle desde la otra esquina del salón cuando a penas ingresó- quítate eso, es un insulto para nosotros que lleves puesta esa corbata.

Con temor, su mirada bajo hacia la corbata que llevaba puesta; verde, llevaba puesta la tonta corbata verde. Rápidamente la desató y tomó asiento a un lado de Leah, la cual tenía el rostro rojo por aguantar la risa.

-Cállate- suspiro Amelia mientras pegaba la mirada al pupitre.

-¿De dónde la habrá sacado?- escuchó a Pansy susurrar.

-No lo sé quizás de la lavandería- Draco habló, al mirarlo se dio cuenta de la sonrisa burlona que discretamente se escapaba de sus labios.

No habían discutido los términos de cómo llevarían la situación, pero en realidad no fue necesario; sabía que no tendría efectos positivos para Draco si fueran vistos juntos y a Amelia no le apetecía soportar las miradas curiosas o las chicas molestas susurrarse cosas cada que ella pasara a su lado.

Pero debido a su deseo de mantener las cosas en secreto, ambos debían soportar observar ciertas situaciones bastantes incómodas: Pansy le parecía más molesta que de costumbre, siempre estaba pegada a Draco y parecía no conocer la definición de espacio personal. Además de Pansy había otras chicas que estaban completamente locas por él. Durante una ocasión Amelia tuvo que consolar a una chica en los lavamanos del baño tras escucharla lloriquear, Blair se lamentaba por haberle declarado sus sentimientos a Malfoy, el cual sin el menor resentimiento, le dijo que no estaba interesado en gusanos de biblioteca y menos en ella, Amelia no tuvo más remedio que abrazarla y repetirle que Draco era un engreído malcriado que no valía la pena. Toda aquella situación resultó bastante irónica.

Sabía que Draco no la pasaba mejor que ella; Anthony Goldstein, prefecto de Ravenclaw, comenzó a mostrar cierto interés por Amelia gracias a las reuniones del Ejército de Dumbledore. A pesar de que Draco no tenía la menor idea sobre el ED, aún podía observar como Anthony se acercaba a la mesa de Hufflepuff y conversaba con Amelia ofreciendo su ayuda para realizar hechizos que a ella no le salían bastante bien.