7.8 Hope

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A.

A diferencia de años anteriores, los meses pasaron con una lentitud extraordinaria: Amelia observaba todos los días al despertar el calendario que tenía colgado a un lado de su cama, viendo pasar los días de Octubre, Noviembre y Diciembre de una manera tan tardada que comenzaba a ser agonizante.

Las cosas en Hogwarts habían empeorado más de lo normal, sufría demasiado maltrato por parte de los mortífagos.

Principalmente era la forma de entretenerse de Alecto Carrow, quien comenzó a golpearla y torturarla cada que tenía la oportunidad.

Draco la defendía cada que Amelia se lo permitía. Aunque después de verlo lanzar la maldición Crucio a uno de primer año, ella evitaba a toda costa que cediera solo por protegerla.

Leah la pasaba peor: Amelia era dócil y prefería no meterse en problemas, Leah era todo lo contrario. A pesar de su estatus de sangre pura, era necia y obstinada. Prefería recibir unas cuantas maldiciones antes de obedecer a un mortífago en aspectos tan simples como indicarle el lugar donde debía sentarse durante las cenas. Amelia siempre apreció eso de ella.

Para su sorpresa, el profesor Snape permitió a los alumnos asistir de regreso a sus casas durante nochebuena y navidad.

Amelia estaba en el expreso Hogwarts de regresó a Londres donde pasaría las fechas junto a los Weasley en la Madriguera. Solo que en esta ocasión era Draco quien iba sentado a su lado mientras ella recargaba su cabeza sobre su hombro y él acariciaba su cabello.

-Me gustaría poder pasar Navidad contigo- dijo en casi un susurro.- despertarte y abrir los regalos navideños, aunque dudo que este año haya algunos debajo del árbol.

Draco rio.

-Créeme que a mi también- la miro- ¿No hay forma de encantar tu maleta y meterme dentro de ella? No me molestaría pasar la fecha en la diminuta casa de los Weasley si eso implica estar junto a ti.

Amelia lo miró mal.

-Pensé en la opción hasta que mencionaste lo último- bufó.

-Una pequeña broma no hace daño- dijo con orgullo- además, no soy bien recibido ahí...¿Y si mejor vuelvo a ocultarte en mi habitación?

-No creo que sea la mejor opción tampoco.

Un silencio se formó entre ambos desesperanzados jóvenes mientras, como de costumbre, jugaban con los dedos del otro.

-¿Estarás bien?- preguntó Amelia de repente.

-Si lo dices por los mortífagos, si- respondió- me he acostumbrado a ellos en cierta forma. Solo debo estar en mi habitación y hacer lo que me pidan, con eso basta para que me dejen tranquilo.

-¿Volverás a torturar gente?- las palabras salieron con nerviosismo.

Sintió a Draco tensarse, después la miró fijamente.

-Sabes que todo lo he hecho por sobrevivir, ¿No es así?- Amelia asintió con la cabeza- solo recuerda eso.

-No puedes ser su marioneta siempre.

-Yo lo sé, pero al menos trato de mantenerme con vida hasta que pueda salir de ahí- elevó su tono de voz un poco- no hablemos de eso.

Ella volvió a asentir con la cabeza mientras su mirada se perdía en el paisaje a través de la ventana; la nieve caía sobre el vidrio y el cielo estaba ligeramente nublado. No sabía si todo era una coincidencia, pero desde la muerte de Dumbledore todos los días parecían más tristes y lúgubres.

-Hey- dijo Draco llamando la atención de Amelia- tengo un regalo de Navidad para ti.

Amelia lo miró con confusión mientras buscaba en los bolsillos de su saco negro.

Hard feelings |Draco Malfoy ||Cedric Diggory|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora