4.15 I'll see you again

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A.

-¿De verdad no te causa ni un poco de curiosidad abrir alguna de las cartas?

-No, absolutamente nada.- dijo Amelia mientras echaba al fuego de la chimenea dos sobres que acababan de llegar.

-Eso es de admirar, probablemente nosotros ya tendríamos tres maldiciones y tentáculos en el rostro.- espetó George Weasley.

Amelia había aprendido bien su lección respecto a las cartas. Y, para sorpresa de ella, el consejo de Draco había resultado bastante útil. El chico estaba bastante empeñado en que no le sucediera lo mismo: unos cuantos días después, durante una cálida mañana una pequeña lechuza negra había dejado caer sobre su regazo un sobre el cual no tenía otros datos más que el nombre de Amelia. Por el tipo de letra supo identificar quién era el remitente: Draco Malfoy. Con el corazón latiendo fuertemente, abrió el sobre solo para encontrarse con un pedazo de pergamino en blanco.

-¿Recibiste mi carta?.- le preguntó Draco durante Adivinación.

-¿Una carta?.- lo miró confundido.- eso sólo era un mugriento pedazo en blanco de pergamino.

La sonrisa de orgullo de Malfoy desapareció en cuanto se dio cuenta que Amelia había abierto el sobre.

-Te dije que no abrieras nada que no viniera por parte de Delia.

-Esa era tu letra. ¿Debía ignorarlo incluso sabiendo que venía de tu parte?

-Si.- dijo obvio.- ese es el punto.

Después de aquello, Malfoy le volvió a mandar otra carta ahora con otra lechuza diferente, pero Amelia no volvió a caer en sus tontas pruebas y provocaciones.

Tras unas cuantas semanas, Cedric había vuelto a dirigirle la palabra. Y es que comenzaba a hacerse bastante incómodo el encontrarse en la sala común y ni siquiera saludarse. En realidad, para ambos había sido bastante complicado de sobrellevar la situación; El rumor de que su relación había llegado a su fin se había corrido velozmente, haciendo que todas las chicas volaran rápidamente hacia los brazos de Cedric. Ahora era turno de Amelia observarlo en el Gran Comedor a un lado de Cho Chang reír. Era costumbre el que Cedric le dedicara miradas disgustadas a Malfoy cuando se encontraba cerca, pero ni uno ni el otro podían reclamarse absolutamente nada, al fin y al cabo ya no eran pareja.

Según lo que conversaron en la enfermería, seguía bastante molesto con Malfoy, pero había logrado entender que Amelia no tenía culpa alguna. Le pidió que terminaran en buenos términos, ya que la apreciaba bastante y quería que todo siguiera bien entre ellos. Incluso si ya no era juntos.

El ambiente en Hogwarts era bastante relajado, a menos que fueras un campeón del torneo; tanto Harry, Draco, Cedric y Mark se encontraban bastante estresados. Lo único que sabían sobre la tercer y última prueba era que se trataba de un gran laberinto y que Hagrid estaba involucrado, lo cual significa que muy seguramente habría bestias difíciles de manejar. Aún así, Amelia trataba de ayudar a sus amigos como pudiera; a Draco le prestaba sus anotaciones de Cuidado de Criaturas Mágicas mientras con Cedric dejaba que él practicara con ella los distintos encantamientos que podría necesitar. Al principio se negó en tan siquiera apuntarla con su varita, pero después de que Amelia le insistiera mientras colocaba cojines al rededor de todo su cuerpo, terminó viéndose obligado a aceptar la invitación.

A pesar de que a los chicos parecía irles de maravilla, el temor crecía; y es que todos sabían que cualquier cosa que involucrara a Potter terminaba siendo algo de peligro inminente.

-Entonces...si ves un boggart, ¿Qué hechizo usarás?.- le preguntó Amelia mientras lo veía atenta desde el otro sofá.

-Riddikulus.- dijo jugando con su varita.- Vamos, Amelia. Esas son preguntas de tercer año.

Hard feelings |Draco Malfoy ||Cedric Diggory|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora