1.9 Meeting the Weasley

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A.

Las vacaciones de Navidad llegaron tan rápido a Hogwarts que Amelia ni siquiera se dio cuenta hasta que vio nevar a través de la ventana del salón de Historia de la Magia. En aquella ocasión estaba dispuesta a pasarlas en Hogwarts. A pesar de extrañar con locura a sus padres, quería descubrir las maravillas que se encontraban en los terrenos del castillo. También le alegró saber que Leah pasaría las vacaciones con ella. Los alumnos que solían quedarse en el castillo no eran bastantes, pero comparado a la gran cantidad que había, el castillo parecía desierto en cuanto el tren salió de la estación encaminándose a King Cross. Cuando vio a Draco Malfoy ingresar al tren su corazón dio un gran respiro. No había pasado ni un solo día en el cual la dejara en paz. Lo peor era que no lo hacía solo; tanto Goyle como Crabbe, el conjunto de chicos que había conocido en el tren, eran sus acompañantes en cada travesura que hacían. También había una chica que podía identificar como Pansy Parkinson; pelinegra con verdosos ojos que solía molestarla incluso en los baños de niñas. Era como una versión femenina idéntica de Draco.

Mientras tanto, Amelia evitaba pasar tanto tiempo observando a aquel buscador del equipo de Quidditch que le parecía tan lindo. En cuanto la veía sentada frente a él Cedric solía saludarla, a lo cual ella volvía a dirigir su mirada velozmente al libro que fingía leer. A ese paso, estaba segura de que Cedric pensaba que lo odiaba a muerte o algo parecido.

-¡Amelia, debes despertar! Los regalos ya están aquí.- los pies de Leah saltaron al rededor de toda la cama de Amelia, haciendo que esta emitiera un gran quejido de disgusto mientras se tapaba con la cobija por completo, para ella el sueño era preciado.- vamos, no seas gruñona.

-No trates de engañarme.- dijo aún cobijada hasta la cabeza.- los regalos solo llegan a las casas.

-Pero Hogwarts es nuestra casa ahora.- la arrancó la cobija de un golpe, a lo cual Amelia la miró molesta.- anda, hay panquecillos de chocolate en la sala común, tus favoritos.

Aún bastante molesta pero convencida por los panquecillos, metió sus pies en las pantuflas que se encontraban a un costado de su cama y ambas caminaron por el gran pasillo antes de cruzar la entrada hacia la sala común.

Leah no mentía. Justo en frente de la chimenea se encontraban bastantes bolsas y cajas forradas de una hermosa manera, cada una tenía el nombre de los diferentes alumnos. Se olvidó por completo de los panquecillos de chocolate en cuanto vio una gran caja rojiza decorada con un listón platinado que tenía inscrito su nombre. Ambas se acercaron velozmente a sus correspondientes regalos y, como todos los demás, arrancaron la envoltura de golpe.

Sus padres le habían mandado una linda mochila de piel con un nuevo cargamento de plumas y tinteros, junto con un par de calcetines y bastantes dulces muggles que sus padres sabían eran sus favoritos. Amelia supuso que se les ocurrió regalarle una mochila después de que, en su última carta, mencionara como Draco había dejado caer una poción sobre su mochila de manera "accidental"

¡Feliz Navidad, querida! Te extrañamos bastante, pero espero que cada día disfrutes más y más Hogwarts. Te amamos -Mamá y papá."

Sonrió al ver la nota.

En el momento en el que volteó y vio a Leah sacar de una gran bolsa una nueva pijama, recordó lo que había dejado en su dormitorio. Sin aviso corrió a su habitación y de su mesita de noche sacó una pequeña caja negra. Corrió de regreso a la Sala común.

-¡Leah!.- dijo con la respiración entrecortada.- Feliz navidad.

En cuanto le entrego la caja, Leah la abrió tan rápido como pudo. Soltó un grito de emoción y sacó la pulsera platinada que yacía en su interior. Cuatro dijes colgaban de ella: un corazón, un tejón y las letras "A" y "L".

Hard feelings |Draco Malfoy ||Cedric Diggory|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora