3.10 The day that never happened

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A.

Al par de mejores amigas les había durado muy poco el gusto de disfrutar días sin trabajos pendientes. Días después del partido de Quidditch la temporada de exámenes del último trimestre había comenzado, los pasillos Hogwarts se encontraba inundados en un gran silencio mientras que la biblioteca estaba atiborrada de alumnos estudiando por lo bajo.

Leah se encontraba desanimada de no poder convivir tanto tiempo con Fred y George como era costumbre, pero no podía juzgarlos ya que estaban demasiado ocupados estudiando para sus TIMO, al igual que Cedric. Amelia entendía la importancia de los pelirrojos en la vida de Leah y lo feliz que la hacían, de cierta forma también eran importantes para ella. Pero agradecía el distanciamiento que había entre ellos; Hermione le había comentado sobre los rumores que rondaban entre los Gryffindors. Al parecer Bailee Gallagher, compañera de los gemelos, gustaba de George y estaba haciendo todo lo posible por ser correspondida. A pesar de que Amelia sabía que George gustaba de Leah (gracias a que Fred le había confirmado la información), sabía que si su amiga se enteraba pensamientos negativos comenzarían a rondar su cabeza.

El lunes los alumnos de tercer año presentaron su examen de Transformaciones; tenían que transformar una tetera en una tortuga, Amelia se preocupó al escuchar en el almuerzo comentar lo perfecto que lo habían hecho, ya que su tortuga tenía el mango de la tetera como pata delantera. Rápidamente subieron a su examen de Encantamientos en donde agradeció no haber dormido por estudiar todos los encantamientos estimulantes. Al ver a su amiga, supo que no la pasaba tan bien como ella, ya que Ernie Macmillan no paraba de llorar mientras Leah junto al profesor Flitwick trataban de calmarlo. Durante el examen de Cuidado de criaturas mágicas Hagrid se la acercó cuidadosamente y, con pena y tristeza, le contó lo deprimido que se encontraba Buckbeak y aunque no hubiera una decisión final aún, se preparaba para observarlo ser sentenciado a muerte. Mientras Draco cuidaba al gusarajo, Amelia lo miró con cierto odio arrepintiéndose de haberlo ayudado aquel día en la enfermería.
El examen de pociones le resultó el menos satisfactorio; Snape le había negado la máxima puntuación sólo porque la poción no burbujeaba lo suficiente, mientras que a Pansy Parkinson se la había dado a pesar de que su poción fuera color naranja en lugar de platinada.
El miércoles por la tarde ambas chicas llegaron a la sala común con la cara bañada en un color rojizo y llenas de tierra (gracias a su examen de Herbología) dispuestas a estudiar para Defensa contra las artes oscuras. Se llevó una gran sorpresa cuando pasó la mitad de la noche estudiando y el profesor Lupin había decidido llevar a cabo una carrera de obstáculos que involucraba boggarts.

-He visto a mi padre decirme que soy una desgracia para la familia- Amelia escuchó detrás de ella a Draco decirle a Goyle- vaya estupidez.

-¿Tú qué has visto?- le preguntó a Leah curiosa.

-Solo una tontería- negó con la cabeza rápidamente- ¿Qué hay de ti?

-Un gran y feo payaso gritón- hizo una mueca mientras se dirigían al castillo.

Su último examen fue el de adivinación, en el cual la profesora Trelawney uno a uno los fue pasando al salón y observar la gran bola de cristal.

-En realidad no he visto nada- le dijo Hannah Abbott cuando Leah le preguntó en qué trataba el examen.- Y me ha dicho que tengo todas las características de una buena vidente, aunque lo dudo mucho.

Cuando llegó el turno de Amelia, se sentó delante de ella mientras observaba confundida y nerviosa la bola de cristal.

-Dime querida, ¿Qué ves?

Amelia le dio diversas vueltas a la bola pensando en qué podría decir que observaba, esperado ser lo suficientemente creíble.

-Veo un gran perro...corriendo hacia mi- la profesora la miró con preocupación- pero viene feliz.

Hard feelings |Draco Malfoy ||Cedric Diggory|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora