4.10 The after yull ball.

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A

Con sus zapatos de tacón en las manos, Amelia iba caminando por los largos pasillos del castillo. Llevaba una gran sonrisa pintada en los labios e iba tardeando la tonada de la última canción que había escuchado, la cual había bailado junto a Draco Malfoy.

Toda la velada había ocurrido tal como en sus mayores sueños: había tenido su gran proceso de cambio de look (con ayuda de bastantes hechizos que buscó en un libro de Cosmetología mágica que Hermione le había recomendado), Cedric no había parado de recordarle lo bella que se veía y había bailado el tradicional vals con él.

Pero ni siquiera eso lo salvó de evitar que Amelia se enojara con él cuando este les comentó que debía retirarse un poco más temprano ya que había quedado con algunos amigos suyos para festejar por su parte. No le molestó que Cedric decidiera pasar un tiempo a solas con sus amigos, de hecho lo entendía bastante bien, ya que ella solía dejarlo solo algunas veces para pasar tiempo con Leah.
Le molestó que el chico la dejara sola antes de poder tener un baile lento juntos. Quizás solo estaba siendo exagerada, pero ella creía que un baile no podía estar completo sin un baile lento.

Fred Weasley se había acercado a Amelia unos minutos antes de que Draco lo hiciera, le había dicho que él podría bailar con ella sin ningún problema, pero Amelia no quería quitarle ese momento a Angelina Johnson, así que declinó la invitación.

Con cierta resignación pero a la vez un poco de esperanza, tomó asiento y observó a todos los que se encontraban bailando, suspirando una y otra vez. Cuando Draco se acercó, sintió aquel nerviosismo que había sentido la primera vez que lo vio en el tren.
Por supuesto, en cuanto el chico comenzó a molestarla su estado de ánimo volvió a bajar, pero cuando Draco le extendió la mano invitándola a bailar, sintió como su corazón amenazaba con salir de su pecho. Durante la mayor parte del baile Amelia mantuvo los ojos cerrados, disfrutando del momento mientras la fragancia de él inundaba sus fosas nasales. Amelia nunca había sentido tanta tranquilidad; se sentía segura. Estar abrazada de Draco era completamente diferente a estarlo con Cedric; mientras Cedric te hacía sentir querida, Draco te hacía sentir protegida. El encanto se fue cuando Igor Karkarov entró en el Gran Comedor de nuevo, causando que Draco se alejara rápidamente y, sin decir ni una palabra, saliera del Gran Comedor. A pesar de que Amelia se encontraba bastante confundida, eso no arruino para nada aquel momento.

Caminando en puntas para no ser escuchada, se dirigía hacia la Sala Común de Gryffindor, donde posiblemente se encontraba su mejor amiga. A las 12:00 el baile había culminado pero Amelia no encontraba por ningún lado a Leah.

-¿Contraseña?.- le preguntó la señora gorda.

-Luces de colores.- dijo pensativa, esperando que esa fuera la contraseña correcta. Sólo había escuchado a Hermione decirla en una ocasión.

-¿Por qué de repente tanta gente sabe la contraseña? ¿Longbottom volvió a perder su pergamino con las contraseñas de la semana?.- se quejó la señora mientras el cuadro se abría.

Se encontró con Leah en cuanto el cuadro se abrió por completo. Al parecer ella iba de salida en ese instante.

-¡Amelia!.- dijo con sorpresa.- justo iba a buscarte.

-Digo lo mismo.- sonrió.- ¿Puedo preguntar qué haces en la Sala Común de los Gryffindors sin esperar alguna respuesta que pueda perturbarme?

-Están dando una fiesta.- susurró.- yo estaba conversando en los sofás con George cuando de repente todos comenzaron a llegar.

-¿Fiesta?¿Eso está permitido?.- susurró de vuelta.

-No.- Leah negó con la cabeza.- pero eso es lo que lo hace más interesante.

Hard feelings |Draco Malfoy ||Cedric Diggory|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora