Capítulo XXVI : Entrenamiento intensivo

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A medida que me adaptaba al trabajo, se me hacía cada vez más fácil realizar mis tareas. Aun cuando se tratara de muchas cosas, lograba terminarlas en tiempo record. A mi jefe le asombraba la diligencia con la que hacia mis deberes y lo rápido que las terminaba. Con muy poco tiempo ya me había ganado mucho su confianza.

Otro beneficio era que al terminar muy rápido, nos sobraba mucho tiempo libre y eso me daba la oportunidad de conseguir información. En un principio eran cosas muy sutiles y banales, luego fui incrementando mi investigación, pero siempre siendo muy astuto con las palabras que decía.

En el primer día, dentro de la reunión con el comandante, pude conocer de primera mano los futuros movimientos del ejército en contra de la Región Sur. Fue bastante revelador y estaba muy seguro que esa información me serviría en un futuro.

Luego de esa reunión, tuve la oportunidad de conocer más sobre el ejército. Tuve en mis manos muchos expedientes de varios oficiales importantes. También sobre algunos pilares y altos mandos militares. Pero nada que me pudiera ayudar para encontrar a Tom. Lo único que pude averiguar fue la localización exacta de la sede del Escuadrón Celeste.

Resulta que no estaba en un área concurrida. Justo en las afueras de Comondor. Era perfecto para una emboscada rápida. Pero para llegar hasta eso, teníamos que entrenar todo lo que podíamos.

Con la casa cada vez más terminada y aprovechándome de los hechizos de un mago espacial que trabajaba con mi hermano en la construcción, hice que las habitaciones se ampliaran enormemente, a pesar que en el exterior pareciese pequeño. Era un hechizo bastante útil ya que podía expandir el espacio tanto como quisiera sin que llamara la atención.

Cree salones tan grandes como el campo despejado de nuestra academia. Allí practicábamos a diario en nuestros tiempos libres. Gasper modificó ciertos artefactos para que sirvieran de contenedores para acumular magia. Para que fuese igual para todos, se usaban como dijes de collares. La suya era una brújula minúscula. Para Samuel, una pequeña roca negra y lisa que encontró en el suelo y que transformó en dije. La de mi hermano fue un trozo de madera gris que luego le dio forma de luna creciente. Danna cortó un mechón rojo de su cabello y lo amarró para que no se soltaran los cabellos. Dante usó un alfiler sin punta. Connor no necesitó de uno ya que podía usar su ojo mágico para acumular todo el poder que quisiera. Jack tomó una roca gris y ovalada y la tiñó de muchos colores. Yo utilicé un trozo de madera gris, igual que Elijah. Pero la diferencia fue que yo la moldeé para que tuviera forma de gota.

Durante las noches mientras dormíamos, de forma inconsciente imbuíamos de magia a nuestros collares. Lo que nos permitía optimizar todo el tiempo del día. Para cuando movamos nuestras cartas, tendríamos el poder para enfrentar lo que fuera.

—Oye Zack. Nos encantaría entrenar contigo. Los demás están ocupados y tú eres el único disponible. Queremos mejorar más —se me acercó Dante y Gasper. Ambos parecían tímidos al respecto. Aunque no entendía la razón.

—No hay problema —les dije. Afortunadamente el señor Haizea me dio el día libre ya había terminado todas las tareas y no habría nada que hacer hoy—. ¿Puedo preguntar por qué?

—Es que... mi magia es débil para atacar —declaró Gasper.

—Y la mía tiene muchas desventajas —señaló Dante.

Realmente no los entendía. Definitivamente estaban totalmente locos. Sus magias eran asombrosas en todos los aspectos.

—Antes de entrenar, me gustaría hablar al respecto. Yo creo que sus poderes son asombrosos. Tu Magia de Hilos es increíble, incluso puedes ser capaz de controlar el cuerpo de otros magos. Y la tuya —señalé a Gasper—, puede defendernos de cualquier cosa.

Crónica de los magosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora