Capítulo XXXVI : Verdades a medias

255 34 13
                                    

Muchas veces, la verdad necesita ayuda de una mentira para poder ser contada. En mi caso, era mucho más fácil mentir que afrontar las consecuencias de la realidad. Pensaba que así me protegía a mí mismo y también protegía a otros.

Luego de una intensa conversación con Ashton, solo fui capaz de contarle ciertas cosas. Ya sabía mi verdadero nombre, pero aun así se le salía sin querer el nombre Lewis. No lo culpaba, inclusive yo mismo me había acostumbrado a ser llamado así.

—Me encantaría que me dieras la oportunidad de mostrarte lo bueno de la gente. Quisiera ser una buena razón para mirar al mundo de otra forma. Solo si me das la oportunidad, te podría brindar mi hombro para que llores las veces que quieras —tomó un breve respiro luego de decir lo que dijo—. Pero si me dices que no, no seguiré insistiendo. Y no tienes que preocuparte por el trabajo, todo será igual en la oficina.

—¿Estás dispuesto a dejarme estar a tu lado, teniendo en cuenta que aun siento algo por otra persona? —inquirí.

—Se que un amor así no desaparece solo. Y sí, estoy dispuesto a aceptar el riesgo e intentar ocupar ese lugar —su convicción realmente me conmovía. Me encantaría tener algo con él.

Parecía ser una muy buena persona. Era amable y considerado. Además que prácticamente no le importó que le mentí con mi identidad. Me entendió y ahora está dispuesto a estar junto a mí, sin importarle que aun quiera a Darrell. Tal vez Ashton era esa persona que me haría olvidar este amor que mi corazón obstinado insiste mantener con vida.

En aquella mesa vi como la chica de flores reía a un lado de Darrell. Ella lo usaba de apoyo y no perdía oportunidad de rozar su rostro. Él parecía bien con su acercamiento, inclusive lo disfrutaba. Era difícil verlo, pero trataba de no mantener mucho tiempo la mirada. No quería correr el riesgo que me viese. Ya bastante complicado era mi situación, como para continuar sumándole más cosas. Pero no negaré que ver esa imagen, me hacia doler el corazón.

No era justo mantener estos sentimientos, como si tuviese esperanzas de que algún día él y yo estuviésemos juntos. Tenía que hacer algo al respecto. Y mi mejor y única opción estaba frente a mí, esperando una respuesta de su propuesta.

—Aun no estoy seguro si esto sea correcto. Pero creo que me encantaría que fueses algo más que mi jefe o mi amigo. Lo único que pido es que me tengas paciencia —mi respuesta claramente lo alegro.

Sus ojos brillaron por la alegría. Rápidamente tomó mis manos y las envolvió entre las suyas. Se sentía muy cálido. Acercó su rostro al mío, me preparé para lo que haría. Cerré los ojos y me dejé llevar. Ashton posó sus suaves labios sobre mi frente. Fue tan delicado como el rose de una flor. Sin embargo, eso no fue lo que esperaba.

—Seré paciente —musitó. Yo le sonreí.

Realmente me encantaría enamorarme de él. Ashton era más de lo que merecía.

La cena siguió, ahora mucho más calma con los puntos ya aclarados. O al menos en su mayoría. Para mí, ahora el motivo de mi preocupación estaba a unas mesas de distancia. Darrell no me inquietaba tanto, sino que la mirada penetrante que a veces sentía, obviamente proveniente del señor Eugene. La conversación que tendríamos sería mucho más intensa que la de Ashton. Y al estar frente a él, no podría mantener oculta la verdad. Mi conciencia me obligaba a querer decirle toda la verdad, sin que me quedara nada en el pecho. Tal vez era el agradecimiento que sentía por él, o que lo quería como a un padre. Podría ser esas y muchas más razones, pero a resumidas cuentas, la verdad tenía que salir. Si no, mi corazón explotaría.

Tras transcurrir un par de horas, Ashton decidió que ya era tiempo de llevarme a casa. Yo accedí, realmente me sentía cansado. Tanto física como mental.

Crónica de los magosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora