Después de haber modificado la casa y todos sus espacios, mis amigos y yo nos reunimos por última vez en la sala principal. Obviamente se sentía algo de estrés y temor. Todos estábamos muy conscientes que este sería el acto más arriesgado de todos. La posibilidad de morir estaba más presente que nunca, puesto que no solo nos separaríamos en dos grupos, sino que también dentro de la casa también nos repartiríamos en dos espacios separados con el fin de dividir al enemigo. Era ventajoso en una parte, ya que nos aprovecharíamos de la confusión por la separación y el hecho que Jack y yo manipulamos muchos atributos. Pero también nos ponía en desventaja numérica ante el ejército que incurra en nuestra casa.
Pero a pesar de esto, podíamos presentir que nuestra meta estaba cercana. Solo había que hacer este último movimiento arriesgado para poder rescatar a Tom y desaparecer nuevamente.
—Oigan, chicos —habló Gasper—. He estudiado un sitio en el reino de Pradia, al norte. Es un lugar donde habitan los mixinos. Estoy seguro que ellos nos podrían dar refugio cuando acabemos con todo esto. Es poco probable que la guerra entre el sur y el resto de las regiones dure mucho tiempo. Una vez que haya terminado, podremos ir a un lugar en paz.
Supuestamente se decía que los monjes del credo Mixi, o mixinos, vivían en regiones apartadas para poder meditar y vivir en paz con la naturaleza. También eran muy bondadosos con los refugiados y promovían a estos a unírseles a su religión. Lo que sabía de ellos, por medio de los libros, era que ellos disfrutaban de la paz que brindaba la naturaleza y por medio de la meditación profunda, hacían evolucionar sus magias. Por ello, los más mayores eran capaces de usar atributos y hechizos más refinados que cuando eran jóvenes. Brindaban apoyo a los necesitados, como manera de pago al mundo por permitirles existir y los beneficios recibidos. Eran partidarios de la paz, sin lugar a dudas. Definitivamente estar con ellos era lo mejor para nosotros una vez hayamos terminado con todo.
—¿Se imaginan a nosotros como monjes? —inquirió Samuel.
—¿Y tú con la cabeza rapada? —intervino Jack—. Sería muy divertido verte así. "Samuel, el monje calvo"; sería un interesante cuadro.
Todos reímos al imaginarnos ese escenario.
—Hablando seriamente. Pienso que irnos con los mixinos es nuestra mejor opción. Viviríamos alejados de todos los problemas y no habría temor a ser atacados por las represalias después de la guerra. Nadie sabría que estamos con ellos —les dije. Todos concordaron conmigo.
—Y sería interesante convivir con magos que han hecho evolucionar sus magias —agregó Gasper.
Continuamos conversando sobre el tema. Aunque sabía bien que toda la charla era una distracción para retrasar lo inevitable. El sol había cruzado ya una gran porción del cielo, lo que significaba que la mayor parte del día había transcurrido. Solo era cuestión de tiempo para que llegasen los oficiales del ejército. Aunque por lo que había aprendido durante mi trabajo con Ashton, estaba seguro que atacarían en la noche. No sabía quienes vendrían, pero de seguro que no serían pocos ni débiles.
Afortunadamente tenía un plan cuando estuviese rodeado por ellos. No se lo esperarían. Jack tampoco se tenía que preocupar, puesto que se había dedicado a pintar una gran cantidad de cuadros con distintos hechizos, listos para ser activados. En resumen, estábamos preparados para enfrentar lo que fuese.
Lo que más me preocupaba era que Dante y los demás no tuviesen ningún problema en su parte del plan. Estarían muy lejos de Connor y de mí en caso que alguno resulte herido y necesite sanación urgente. La responsabilidad de proteger al resto recaía en Gasper y su Magia de Brújula. Danna y Samuel serían los pilares de ofensiva, mientras que Dante los apoyaría desde atrás con sus hilos y marionetas.
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Crónica de los magos
FantasiEn un mundo donde la magia define quien eres, aquellos que no corren con la suerte de ser bendecidos con poder, terminan en la parte más baja, junto a la suciedad de una sociedad decadente. Solo ser un huérfano foráneo en una familia noble ya lo hac...