Capítulo XLII : El arlequín de la copia contra el mago espadachín

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En voz de Darrell

Esto no podía estar pasando. Ni en mis peores pesadillas me habría imaginado estar en una situación así. Me dolía el pecho enfrentar a mi querido Zack. Aun cuando la verdad estaba frente a mí, aun me cuestionaba la realidad.

—No puedo creer que ese sin talento sea capaz de hacer algo así —Amelia parecía alterada. Nunca la había escuchado hablar así. Su tono no era suave como de costumbre.

Tampoco entendía totalmente la razón que tuvo para quedarse en un sitio tan peligroso. Ella podría poseer gran poder mágico, pero no era una combatiente. Me preocupaba que resultara herida.

Y para empeorar las cosas, ninguno de nosotros podía lanzar hechizos de amplio alcance. Algo parecía impedir que la magia se concretara. Apenas alguno de nosotros lanzaba un encantamiento, el hechizo parecía desvanecerse a medida que se acercaba.

—Dentro de este espacio cerrado no pueden atacar a distancia —dijo Zack—. Other Atlas perturba el espacio y la magia que está dentro. Por mucho poder que posean, sus ataques no llegaran a nosotros —su grimorio se iluminó tenuemente—. En cambio, nuestros hechizos siempre los alcanzarán.

De sus manos surgieron chispas azuladas que creaban crujidos agudos. Luego lanzó el rayo en nuestra dirección. Yo salté a un lado, mientras que Amelia apenas y pudo hacerlo en sentido contrario.

—¿Por qué haces esto, Zack? —inquirí, mientras corría en su dirección. Usando a Laevateinn como escudo para evitar el golpe directo de sus rayos.

—No me creerías si te lo dijera —agitó nuevamente las páginas de su grimorio—. Magia de Copia: Oleaje furioso.

Una gran pared de agua se elevó delante de él. Luego la inmensa ola se abalanzó en mi dirección.

Magia de Espadas: Bothan —invoqué otra espada.

Bothan era capaz de rasgar el espacio y absorber los hechizos. Era totalmente negra y su empuñadura era morada con líneas negras. A lo largo de la hoja, poseía incrustado cuatro gemas negras circulares a cada lado. Apenas el agua entró en contacto con la cisura de mi espada, todo el hechizo fue absorbido.

—¿Pero... por qué? Tú eras tan amable... —parecía hacer caso omiso a mis plegarias. Pero algo me decía que si les afectaba todo esto. No podía entender la razón que lo llevaba a actuar así.

—¡Ya no digas más, ese Zack desapareció! —su grimorio se iluminó aun más—. Magia de Copia...

De repente apareció un montón de mariposas negras que aleteaban con rapidez encima de Zack. Este perdió la concentración e incluso pareció perder energía.

Magia de Insectos: Aleteo de mariposas diurnas —Berenice había activado su magia desde un punto donde lo la veían. Aunque parecía que se estaba esforzando mucho, ya que dentro de este espacio, era muy difícil mantener los hechizos por mucho tiempo—. Parece que lo conoces. Así que trataré de inmovilizarlo para que no tengas que lastimarlo...

Magia de Copia: Llamarada furiosa —de repente el chico fue envuelto por un vórtice de fuego que desintegró a las mariposas. Luego se incorporó de nuevo—. Es inútil, la única forma de capturarme, es estando muerto.

Eso era lo que más me temía.

Lancé una rápida mirada hacia lo lejos. Me sorprendió ver que las pilares apenas y lograban defenderse de los ataques. La señora Iris luchaba ferviente contra el arlequín negro. La tía de Amelia había creado una cúpula protectora para detener los hechizos ofensivos de los títeres que parecían una mujer y una parca. La Pilar Cristal y Camile apenas y lograban mantener a raya a una chica que volaba gracias al fuego eyectado por sus pies y a otro que lanzaba flechas mágicas. Además de Zack, había tres que no interferían en los otros enfrentamientos. Solo estaban atentos por si era necesario intervenir.

Crónica de los magosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora