34

59 9 10
                                    

Jimin llegó a su apartamento preocupado, esperaba que todo se encuentre bien. El repentino cambio de su amigo le había tomado mucho de sorpresa, sólo quería llegar y verle bien, aunque quería saber que era lo que pasaba, porque le había dicho todo eso.

Una vez dentro de su casa, miró que Jungkook ya se encontraba en la cocina comiendo algo. No era de sorprenderse que Jungkook tuviera una copia de las llaves de su casa, si en el confiaba para que regresar a casa cada vez que salían y Jimin terminaba demasiado ebrio, cómo aquella vez que fueron al karaoke.

Se acercó meticulosamente hacía él, pensó que iba estar desesperado esperándole, sin embargo estaba demasiado tranquilo comiendo un cereal. —¿Estás bien?—cuestionó dudoso tratando de aguantar aún su preocupación.

—Eso supongo—respondió entre bocados.

—¿Que es eso que necesitas decirme?—preguntó no aguantando más la curiosidad.

—Espera, necesito tomar valor para contarlo—confesó—. No lo pensé detalladamente, me encaminé con la esperanza de que estuvieras bien, pero una vez que llegue a aquí caí en cuenta que no sé cómo iniciar a decirte toda la verdad.

—¿A que verdad te refieres?—inquirió poniendo sus manos en su pecho, algo en aquellas palabras no le daban buen presentimiento.

—¿Recuerdas que me prometiste nunca odiarme a pesar de lo que pasará?—cuestionó con voz triste.

—Lo recuerdo y lo vuelvo a repetir nunca te odiaría, eres la persona más dulce que he conocido, jamás creí encontrar un amigo tan maravilloso como tú.—expresó tiernamente.

—Jimin me lo haces más difícil, espero sigas pensando eso de mí una vez te cuenta absolutamente todo.—comentó agachando su mirada para no verle directamente a los ojos.

—¿Qué es lo que pasa?—se inquietó—. Cuéntame que estoy asustándome.

—Bien, pero toma asiento qué esta historia estará un poco larga—sugirió mientras lavaba los utensilios que había ensuciado—. Bien tal vez no lo recuerdes, pero te conocí cuando aún trabajas en el árcade.

—¿Que?—interrumpió—. Pero muy pocas personas de la escuela sabía que trabaja ahí.

—Fue casualidad. Será muy cliché, pero me dirigía a un café cerda de ahí y estabas entregando volantes—sonrió levemente al recordar aquello—. Esa noche iba en busca de Taehyung.

—¿Taehyung? Creí que no le conocías de antes.

—Nunca comenté que si le conocía, tampoco quería hablar sobre aquello porque para Taehyung son recuerdos que quisiera olvidar.

—¿Por qué dices eso?

—Esa parte de la historia no me corresponde narrar. Eso lo contará Taehyung cuando se sienta listo.

—¿Cómo? Tuviste algo con Taehyung—interrogó con miedo a la respuesta—. Sí es así tendría sentido que aún después de todo siguieras siendo mi amigo, para tenerle a él.

Jimin junto sus manos y las apretó fuertemente, estaba haciendo una historia en su mente, no estaba dejando terminará de narrar, creyó que ya sabía lo que estaba por venir y por lo mismo le había hecho prometerle repetidas ocasiones que no le odiará, pero si estaba en lo cierto no podía continuar con esa promesa.

—Alto Jimin, estás haciéndote ideas que no son, por lo menos no de mi parte.

—¿A que te refieres con que no de tu parte?—preguntó aguantando un par de lagrimas que se asomaban.

—Primero, se podría decir que si tuve algo con Taehyung, pero nada sentimentalmente—aclaró—. Quién creí que era mi amigo salía con él, no estoy seguro si nos recuerda a mi y a Yoongi.

El Destino de Nuestro Amor - [Vmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora