CAPITULO 56
[Niall Horan]
Cuando la alarma me sonó el sábado por la mañana, me costó la vida salir de la cama, como siempre; pero me tomó tan solo unos segundos recordar qué día era: empezaba la gira. Inmediatamente, una sonrisa apareció en mis labios, haciéndome saltar de la cama y ganándome así un quejido de Mónica quien trataba de volver a dormir.
-¡arriba campeona! –Dije inclinándome sobre ella para depositar besos por toda su cara-
-Niall, déjame en paz, es temprano –murmuró cubriéndose con el edredón-
-¡venga, son las nueve de la mañana! –Exclamé completamente lleno de energía- tenemos que desayunar, ducharnos, vestirnos, coger las cosas ¡y tenemos que estar en el O2 a las once! Ah y tenemos que pasar a por Zayn
Me giré de nuevo para mirarla ya que estaba sacando ropa del armario: una camiseta básica azul junto con unos vaqueros claros. Sonreí con cariño cuando la vi apoyada en sus codos, mirando alrededor con cara de sueño. Me miró unos segundos y, de repente, me hizo el corte de mangas antes de volver a acostarse y arroparse.
-¡Mónica! –Dije riendo a carcajadas-
-en serio, Niall, odio cuando te levantas así –dijo mirándome. Sonreí y me acerqué a ella-
-¿y si te hago el desayuno? –Susurré. Me miró unos segundos antes de sonreír-
-vale
Le di un beso rápido en los labios para, acto seguido, salir corriendo de la habitación mientras me ponía la camiseta. ¡Mierda! No me había duchado… Bueno, podía ducharse en el O2. Tampoco sería la primera que me tocaba hacerlo por las prisas. Entré en la cocina, saqué la sartén, huevos y aceite. Hice huevos fritos para los dos, zumo de naranja, Nesquick para Mónica, café para mí y tostadas. Era mucho pero no sobraría nada.
-joder… -me giré cuando escuché a Mónica decir eso-
-veo que te has duchado –comenté cuando vi su pelo mojado. Me acerqué y la besé lentamente- bon apetit –sonrió y se sentó en la mesa mirando a todo lo que había preparado-
-creo que te has pasado –dijo sonriéndome-
-sabes que no va a sobrar nada –asintió y cogió la taza que le tendía. Era su taza favorita, con un perrito dibujado en uno de los lados.-
Desayunamos en silencio. Yo no cabía en mí mismo. Me encantaba estar de Tour por muy agotador que fuese; había días que no quería dar un concierto pero se me pasaba en el momento en el que llegaba al sitio del concierto. Sentir tanto cariño por parte de tantas personas era algo inigualable e indescriptible.
Cuando terminé de desayunar, me levanté de la mesa y fui a la habitación. Tenía que llamar a Zayn para asegurarme de que estaba despierto y de que estaría listo cuando pasase a buscarle, también tenía que meter ropa para cambiarme después del concierto y cosas de aseo, dado que me tocaba ducharme allí. Metí también una toalla por si acaso aunque confiaba en que hubiese allí.
Mónica apareció en la habitación unos quince minutos después pero se quedó parada en el umbral de la puerta, mirando cómo iba de un lado para otro mientras hablaba con mi madre por teléfono. Era algo que necesitaba hacer, ella me tranquilizaba diciéndome que todo iría bien. Era mi madre, no me podía decir otra cosa, pero me tranquilizaba mucho.
-¿estás mejor? –Preguntó Mónica cuando colgué-
-la verdad es que estoy atacado –dije sentándome en el borde de la cama-