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El 14 de diciembre del año 3062 la luna fue ocupada por los reptilianos, y, esa misma noche, también fue destruida, pero después nadie volvió a saber nada de ellos. La humanidad tampoco supo si aquella horrible raza había entablado una guerra contra ella o contra otra raza extraterrestre, aunque lo más probable fuera esto último, ya que la Tierra no fue nunca atacada directamente y el rayo que pulverizó sus bases militares no se parecía a ninguna de las armas terrestres conocidas.

Todo era muy confuso, al menos para Billy. Quizá el hombre alto sabía algo más, algo que le permitía mantener esa calma sombría. Pero en la mente de Billy sólo había confusión : rayos que atravesaban las calles, que impactaban contra los astros; seres de color verde que corrían por las avenidas, saltando sobre los autos o arrastrándose como culebras entre las piernas de los transeúntes.

Todo pasó muy rápido.¿Qué había sucedido?

El hombre alto tomó el volante y el auto empezó a desplazarse lentamente en dirección a la comisaría, mientras la tierra se tambaleaba y los edificios se movían como árboles en el viento. Tal vez "los muchachos" tenían noticias acerca del asunto. Sí, "los muchachos", como el hombre alto los llamaba.¿Porque acaso ellos también no eran alienígenas? ¿Y desde cuando la humanidad estaba tan armoniosamente mezclada con seres de otros planetas, incluso de otras galaxias? ¿Nadie previó que aquella serena colonización de la Tierra pudiera tener un motivo realmente importante? ¿Por qué cada año eran mayores los contingentes de seres de otros mundos que se instalaban aquí?¿Nadie previó que la necesidad de diferentes razas por poblar este planeta desencadenaría un conflicto entre ellas? Los reptilianos tenían la costumbre de instalar sus armamentos en los satélites naturales de los planetas que habrían de colonizar. Esto quizá generó la destrucción de las lunas de otros planetas, y por lo tanto la necesidad de abandonarlos. Tal vez este proceso se repetía a lo largo del universo sin que los seres humanos lo sospechásemos. O acaso no todos lo ignoraban. Tal vez el gobierno, o el FBI, o ese mismo hombre alto que sostenía una linterna, no lo ignoraban.

¿Por qué no lo ayudaba a bajar por las escaleras? ¿Con quién estaba en ese living ? ¿Estaba encubriendo a la criatura, ayudándola a escapar? Había algo más allí, alguien más quizá. La criatura, o alguien que acaso también había ido allí en busca de la criatura. Algo que el hombre alto no quería que Billy descubriera. Porque incluso en un momento, cuando Billy estaba en la cima de la escalera, le pareció escuchar una voz, una voz que no era la del hombre alto y que pronunciaba unas palabras que pertenecían a otro idioma : concretamente, al idioma ruso.

El devorador de planetas y otras historiasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora