Una sonrisa, una lágrima

492 78 4
                                    

Una sonrisa tenía Park Jimin antes de comenzar a despedirse.

— Bueno... yo ya me debo ir... — el gitano puso la mochila en su espalda y tomo ambas bolsas — Estoy muy agradecido ¿De verdad no quieres que haga algo por tí? Digo... tampoco puedo hacer mucho, pero..

— Tranquilo, Jimin — Jungkook acarició los cabellos del muchacho— Lo únicos que te pido que hagas es que si necesitas algo no dudes en buscarme, ya sabes donde vivo y donde trabajo... ¿Seguro no quieres quedarte?

— No, de verdad muchas gracias — Llamo a Jofranka para que se acercara a la puerta — Han hecho mucho por nosotros — observó buscando a Yoongi — Mmm... Despideme de Yoongi porfavor...

— Sí, claro, yo lo hago, seguro se quedo dormido — Rasco su nuca — ¿Donde están sus modales, no? Ya sabes que estoy aquí  y espero verte seguido.

— Gracias, lo mismo digo... — El chico salio del departamento junto al cachorro — Adiós.

— Adiós — Jungkook cerro la puerta al ver como el chico se alejaba en la oscuridad de la noche.

Jimin se alejó a pasó apresurado.
Llevaba mucho consigo y el camino que debía recorrer era largo.

Porque éste bondadoso chico tenia planes.

Así es, iría a la zona oeste de la ciudad donde vivió por un tiempo junto a otras personas en situación de calle, a regalar algunas de las cosas que le acababan de regalar a él. Y no por ser mal agradecido, pero a pesar de que no tenía nada más que el obsequio de ese chico, era mucho para él y si había personas que necesitaban y el podía ayudarles lo haría.

Caminó, caminó y caminó en esa fría noche.

Que ya no se sentía tan fría, claro, ahora estaba bastante abrigado, con el estomago lleno de comida y el corazón lleno de felicidad.

Bajo ese aura de energías positivas que siempre lo acompañaba, pero ésta vez se sentía mucho mejor, logró llegar a su destino.

Llevando una sonrisa.

Esa sonrisa que alegraba con solo verla al ser mas amargado.

Una sonrisa.

Una sonrisa sincera.

— Hola... — Dijo llegando a las carpas de cartón que se ubicaban en ése oscuro callejón — Soy yo... Jimin... No me golpeen.

Las personas que habían salido con fierros y botellas en mano se alejaron de él.

— Vaya, si eres tú pequeño — Dijo una mujer robusta agachandose un poco para adentrarse a la vivienda improvisada — Salgan pollitos es Jimin.

Se asomaron tres pequeños niños, un bebé de unos 2 años, una chica de 6 y otro mas grandecito de 8.

— ¿Que haces por acá gitano? — Un hombre hizo presencia abrazandolo por la espalda.

— Hola Hye-Sun — Dijo saludando a la mujer — Hola estrellitas, ¿que hacen despiertos tan tarde? Oh, si Jofranka les extrañó — Se dejo abrazar por los pequeños para luego ver con dulzura como éstos acariaban al cachorro — ¿Que tal Keun-Suk? ¿Cómo está el viejo Suk-Hwan?

— Mírate, estás reluciente — Habló la mujer — Cuéntale al chico como está ese viejo.

La mujer apretó las mejillas de Jimin y miro al sujeto que lo abrazaba.

— Auch nonna..

— Bueno, la verdad estuvo muy enfermo últimamente... — El hombre dejo de abrazar a Jimin — Pero ahora ha mejorado, está durmiendo allí dentro — Apuntó hacía otra carpa hecha con cajas de carton y algunas telas que se encontraba más allá.

Cold Hands | YMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora