Valentía

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Luego de qué el chico de cabellos rubios recobrara su color y se viera en mucho mejor estado, él dueño de casa le presto de sus arrugadas prendas de vestir que se encontraban arrumbadas dentro de su armario.

Nunca tenía visitas.
Rara vez iba Jungkook y jamás entraba a su cuarto, más bien era él quién pasaba más tiempo en el departamento de éste.

Ahora se avergonzaba de su desastre y de no tener tiempo para planchar su ropa.

Su ropa no le quedaba tan grande como la del castaño, pero aun así se veía tremendamente adorable.

Luego de que el menor de ambos se vistiera, se quedaron lo que quedaba de tarde hablando de diversas cosas, como por ejemplo que sí el vagabundo tuviera la oportunidad estudiaría Gastronomía, porque le fascinaba la cocina, también sobre la vez que el cachorro de negro color fue adoptado por accidente por una joven chica, y Jimin lloro tres días seguidos buscandolo hasta que lo encontró y la chica se lo dio de vuelta muy amablemente, o cuando estaba lloviendo y fue hasta una fábrica abandonada a pasar la noche pero el lugar estaba lleno de ratas y huyó muy asustado, también le comentó acerca del pasado de su pueblo, que hace muchos años eran el blanco de todo mal, donde niños les fueron robados a sus padres, mujeres a las que le cortaron las orejas, y hombres que fueron quemados con hierro caliente, e incluso que siguieron siendo discriminados y asediados hasta no hace mucho, haciendo que el pelinegro quedara sorprendido ante está información, él lo único que sabía sobre ellos era la historía que le contaba su difunta madre.

— Tenía siete u ocho años y me portaba mal cuando salía con mi mamá, ella me decía que si no le obedecía las gitanas me iban a llevar para hacer hechizos conmigo — Le comentó el mayor haciendo que el rubio soltara una sonora carcajada — Siempre me asustaba con eso.

— Que yo sepa en mi familia nadie se a robado a un payo — Dijo el chico entre risas — Pero quizá si lo han hecho y tuviste suerte Yoongi, mucha suerte.

Bromeo el muchacho, ya que sabía que muchas personas tenían mala imagen de su pueblo. También hablaron sobre como Yoongi se decidió para estudiar enfermería, pero que aún se le ponían los nervios de punta al observar algunas heridas y tener que poner inyecciones, o como le gustaba componer canciones pero no tenía a nadie que las cantará, que no se dedicó a ser compositor porqué sus padres no le veían futuro en ello, y también contó sobre él felino que vivía con él y la relación de amor y odió que tenían, ya que en varías ocasiones el gato desaparecía abandonado a su dueño por completo haciendolo preocuparse y ponerse en los peores escenarios.

— Pero... Sí realmente te gusta componer... ¿Porqué no lo intentaste al menos? — Jimin trataba de comprender — Digo, puede que no hubiera dado buenos resultados, pero también puede que diera resultados muy buenos.

— Creí que lo mejor sería obedecer a mis padres — Yoongi explicaba — No era, ni soy muy valiente, entonces no me atreví a llevarles la contraría.

— Yoongi, no es necesario que seas valiente todo el tiempo — Con su dedo indice toco el pecho del mayor — A veces solo se necesitan 20 segundos de valentía aquí.

Le parecía tierno al pelinegro como el chico parecía hablar y expresarse de manera tan libre y sincera, diciendo cosas como esas y admitiendo muchas otras, que personalmente él, no podría hablar con esa naturalidad.
Y respecto a lo que el vagabundo le dijo, Yoongi pensó que probablemente tenía razón de alguna forma pero ¿Y si salía todo mal, luego de ser valiente 20 segundos? Quizá podría armarse de valentía por ese corto tiempo, pero luego para aceptar las consecuencias de sus actos no tendría ni una pizca de valor.

— Luego de esos 20 segundos no me quedaría valentía para enfrentar mis errores — Confesó, haciendo que el menor sonriera.

— ¿Quién dijo que debías enfrentarlos? Solo debes aprender a vivir con ellos y luego encontrar la solución para repararlos — Se acercó, para hablarle en un susurro, como si lo que iba a decir a continuación era un secreto — De eso se trata vivir, ir buscando soluciones para la gran cantidad de errores que se nos presentan en el camino, ya sea por nuestras propias acciones y decisiones o las que nos pone el destino.

Cold Hands | YMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora