Más que Desconocidos [Areté Crild #4] ✔️

Capítulo 48 - El comienzo

Capítulo dedicado a @FernandaDandovalGar0 <3

Miley.

Flashback.

Espero a que todos se vayan y respiro hondo cuando quedo a solas con Taylor.

Melanie me pidió que la acompañara al juego de futbol de su instituto porque necesitaba escribir sobre eso en el periódico escolar. Todo bien ahí. Lo que no me esperaba era encontrarme con toda la familia Crild al finalizar y, para completar, que todos me dejaran a solas con Taylor.

No sé qué decir. Me siento tonta porque:

1. No sé qué decir.

2. No sé cómo actuar.

3. Estoy muy nerviosa.

— ¿Entonces lo vas a aceptar? —pregunta terminando con el silencio y ruedo mis ojos porque desde la primera vez que nos vimos (en la boda de Daniel), preguntó lo mismo.

Todo se trata de lo que pasó esa noche en los vestidores. Él piensa que yo me negué por nervios y la verdad es que sí. Si hubiera tenido más tiempo, hubiera dejado que me tocara como él quisiera. Pero obviamente no voy a aceptar eso. El ego de Taylor no me permitiría seguir respirando.

—No, Taylor —me cruzo de brazos cuando sonríe e ignoro los latidos rápidos de mi corazón. No entiendo por qué reacciono así cuando estoy con él; es estúpido.

—Eso dices ahora —su voz se torna cada vez más suave y humedezco mis labios cuando se acerca lentamente sin despegar la vista de ellos —. Rubia, me voy.

Sus palabras me dejan en trance y tardo varios segundos en entender lo que quiere decir.

— ¿A dónde? —noto como se remueve y doy un paso hacia atrás cuando él da dos hacia el frente.

—A Londres.

Asiento lentamente y agacho la mirada algo desilusionada. Supongo que nos volveremos a distanciar. Él por su lado y yo por el mío; como siempre.

Solo que... No quiero. No quiero dejar de verlo durante seis años y encontrármelo en la boda de alguno de sus hermanos. No quiero, sería muy deprimente.

—Qué bien —asiento y dejo de respirar cuando se termina de acercar robándome un beso de tres segundos.

Cierro mis ojos y pongo mis manos en su camisa dispuesta a empujarlo. Pero no lo hago. Solo me quedo estática asimilando la situación.

Taylor me besó de nuevo.

Trago saliva y abro lentamente los ojos encontrándome con su mirada. No sé qué decir, no me lo esperaba.

Ni siquiera tendría por qué esperármelo; él y yo no deberíamos estar juntos.

La última vez que estuvimos juntos en el instituto Artois, salí muy lastimada.