Más que Desconocidos [Areté Crild #4] ✔️

Capítulo 47 - El culpable

Capítulo dedicado a @MariiSenz <3 Muchísimas gracias por tu compresión 💗

"Creo que es importante el que se actualice la historia, pero se que es mucho más importante tu salud, claro que deseamos que cada capitulo llegue pero la salud emocional, mental y física es mucho más importante y quiero hablar por todas que aquí estaremos apoyandote cada día y si te tienes que tomar días semanas para estar bien lo tienes que hacer, aquí estaremos tus lectoras fieles esperando y amando cada cosa loca que haces, y claro que nos importas. 💗😍"

Taylor.

Abro los ojos lentamente y observo la luz blanca.

Seguramente me dormí después de que la enfermera cambiara mis vendas.

Gimo y me acomodo en la camilla notando que estoy en una habitación diferente. Me remuevo en mi lugar y jadeo porque mi hombro protesta de una forma muy evidente. Necesitaré mucho reposo.

Observo hacia mi izquierda. La pared es blanca y hay una puerta que seguramente lleva al baño. Observo hacia mi derecha y jadeo cuando la imagen de Miley aparece en mi campo de visión. No solo Miley, las bebés también están aquí.

¿Cuándo me trajeron?

Me inclino con dificultad y gimo porque la punzada en mi hombro izquierdo es irritante.

Estiro mi mano y toco la cara de una de las bebés. Están dormidas y parecen bastante cómodas en sus camillas especiales.

Alzo la mirada y recorro el rostro de Miley. Frunzo el ceño porque los moretones son muy evidentes, no solo en su cara, también en sus brazos y el resto de su cuerpo.

Daniel me dijo que lloró mucho cuando le contó todo, que se sintió culpable y él tuvo que repetirle una y otra vez que nada era su culpa.

Me duele que esté pasando por esto, no es su culpa y tendré que repetírselo una y otra vez para que se lo crea. Ella no merece esto.

Observo su cabello rubio; está mojado, por lo que deduzco que tomó una ducha antes de dormir.

Tiene una vendita adhesiva en la ceja y otra en el labio... Todo por culpa de ese cabrón.

Pasaron muchas cosas, nos enteramos de muchas cosas y toda la familia está en crisis.

Todo por culpa de la misma persona, todo por culpa de Ricardo.

Trago saliva y dejo de pensar una manera de asesinarlo cuando el quejido de una bebé me aleja de mis ensoñaciones.

Estiro el brazo y toco su manito con mi dedo índice. Es muy pequeña, por lo que su mano cubre la mitad de mi dedo y aprieta ligeramente este sin dejar de removerse.

Vuelvo a tragar saliva y respiro hondo porque ahora entiendo lo que sienten mis hermanos con sus hijos.

Amo a mis sobrinos; los adoro, pero siempre me sentí libre de ataduras y de responsabilidades cuando los hacía llorar y se los entregaba a sus padres. Ahora yo soy el padre, ahora yo tendré que consolarlas a ellas cuando lloren y se hagan del número dos.