Capítulo treinta y nueve.

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Trigésimo noveno capítulo de Caer ~ “Y no me di cuenta…”


Observé la boca tiesa de Ashley, maquillándome con rapidez tanto como podía, consciente de los cinco minutos restantes para que aparezca arriba del escenario. 
–Mirada arriba –pidió con nervios en su voz. Por mi cabeza cruzó un cruel pensamiento: “¿A caso yo no debería ser la nerviosa, aquí?”. 
Su cabello rosado estaba en perfectas condiciones, completamente lacio desde su raíz hasta las puntas, al igual que su maquillaje, aunque era súper resaltador con sus pestañas postizas y exagerado delineado negro. Me asusté al pensar que la maquilladora del Believe Tour estaba por hacerme un desastre en el rostro, pero recuperé mi confianza al observarme en el espejo. Si bien, seguía natural, pero con un toque arreglado simulando las imperfecciones que se encontraban en mi rostro. 
–Gracias, está muy bonito –dije sonriendo frente a mi reflejo. Ashley asintió con la cabeza regalándome una nerviosa sonrisa en su rostro, y nos vimos obligadas a correr por detrás del escenario, (correr, me refiero a que Alfredo me llevaba en brazos) haciéndome reír, para adecuarme con mi guitarra y la pequeña púa dorada. 
Fue hasta entonces que yo me pregunté qué carajos hacia metida en medio de todo esto. Por qué razón voy a hacerlo y por qué no me arrepentí antes de que los nervios lleguen. Entiendo que a veces uno hace las cosas por las personas que quiere, pero estaba a punto de exponerme ante millones de chicas de mi edad, y casi pasar vergüenza. Me asustaba tanto como esa vez que iba a bailar por primera vez en Nueva York, enfrente de muchísimos críticos importantes, y quizás sólo un poquitito más.

A veces solía ser tan distraída que lograba olvidarme de las cosas por un segundo. Y eso fue exactamente lo que pasó cuando estaba sentada en una silleta, con una guitarra, enfrente de millones de luces que eran personas mientras más te acercabas; todavía no había ningún tipo de luz en el escenario, ni siquiera Justin estaba en el mismo suelo… sólo yo. Los gritos eran variados, pero mi auricular me mantenía conectada con Scooter, quien mandaba indicaciones para todos. 

{ https://www.youtube.com/watch?v=EC2Ty8YzbE8 }

–Ya –susurraron en mi oído. Como respuesta, un reflector se encendió y aunque quería gritar de los nervios, empecé a tocar la guitarra con mis típicos dedos inseguros y temblorosos. 
Por más de que no lo quiera admitir, juro que no quiero hacerlo, me sentí cómoda cuando lo vi entrar con una brillante sonrisa y sus ojos abiertos en sorpresa. Su boca empezó a moverse, y los gritos ensordecedores sonaban mucho más fuerte que antes; sin embargo, yo no podía mantenerme concentrada en otra cosa que en Justin. Se sentó en la butaca a mi lado, incluso la acercó un poco más a mí, y se asentó en ella, pasando un brazo por mi cintura, sin dejar de mirarme ni por un segundo. Me estaba cantando… Justin estaba volviendo a cantarme, y mentiría si dijera que esto no extorsionaba nada en mí. 
Mi corazón latía desenfrenado, preso de sensaciones que quizás nunca van a escaparse de mi cuerpo. Yo amaba a Justin; y ahora entendía porque odiaba verlo cambiar, porque no quería a Jeremy como debería, y porque hacía las cosas que hacía. No había entendido a qué se refería Mia las tantas veces que hablábamos sobre esto, pero justamente ahora, que lo miraba a los ojos, sólo nosotros dos, inmersos en una canción, lo comprendía. Yo estaba enamorada; nadie sabe desde cuando, ni siquiera yo. Él era el chico que yo siempre me imaginaba como mi verdadero sueño, quien era mi debilidad mayor, y a pesar de todo… yo no me di cuenta nunca.

<<Que soy quien va a hacer que te enamores
Sé que tienes tu muro en pie a lo largo de todo tu corazón
No vas a tener miedo del todo, oh, mi amor
Pero no podrás volar a menos que esto te lo permita
No podrás volar a menos que esto te lo permita, así que cae>>.

<<Bueno, puedo decir que le temes, a lo que podría hacerte
Porque tenemos una amistad tan grande la cual tú no quieres perder
Bueno, yo tampoco quiero perderla
No creo que pueda quedarme sentado mientras tú sufres, bebe
Vamos, toma mi mano
¿Sabías que eres mi ángel que olvidó como volar?
¿Sabías que me parte el corazón cada vez que te veo llorar?>>.

<<Si abres tus alas, 
Podrás volar conmigo, 
Pero no podrás volar a menos que esto te lo permita, 
Déjate caer, puedes volar conmigo.>>

Suspiré apenas audible para mí; no me había dado cuenta que cuando la canción terminó, yo estaba a flor de lágrimas acumuladas en mis ojos. Dejé que sólo una se escape, y acepté el abrazo que Justin me proporcionó. Un abrazo sincero, de esos de que hace mucho no sentía. 
–Gracias –susurró, con su micrófono todavía encendido, sin soltarme –. Todos cometemos errores, pero siempre están esos ángeles que intentan no hacernos caer. 
Y las luces volvieron a apagarse lentamente. 

{{}}

Estaba consternada; necesitaba esas charlas con Mia urgente, ella era la única que me conocía y sabría guardar un secreto que ya lo venía guardando hace mucho, aunque ni yo estaba enterada. Pero cuando quise empezar a buscarla, un tumulto de personas empezó a acumularse cerca del lugar donde se encontraban los camarines; entonces iniciaban los gritos y las acusaciones. Con la frente fruncida empecé a acercarme también. 
Mi estómago dio un vuelco cuando vi lo que vi. Justin y Jeremy… estaban peleando. Justin estaba rojo de furia, y Jeremy con una marca en su ojo izquierdo. Tapé ambas manos a mi boca, y empecé a gritar entre ambos que paren; no tuve más opción que meterme entre ellos cuando vi que no me escuchaban. Pero era tan pequeña a comparación de ellos, mi altura no bastaba; entonces, los separé poniéndome en el medio, a punto de recibir un golpe de Jeremy que logré esquivarlo. 
–¡Basta! –grité haciendo vibrar hasta a mis propios tímpanos. –¡Basta a los dos! –volví a gritar desgargantándome. 
Agradecí que pude llamar su atención y los empujé lo más lejos posible, todavía sintiendo el aire con sus respiraciones pasadas y las miradas de odio que se enviaban entre ambos. 

Presa en sentimientos, en circunstancias y en mi propia mente. 

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Nunca digas nunca |JbDonde viven las historias. Descúbrelo ahora