Vigésimo cuarto capítulo de Caer ~ “–¿Me olvidarás?”
Amanda se había dormido, luego de tantos intentos míos para ella descanse como corresponde. Su parto había durado más de cinco horas, porque su cesárea fue más complicada que lo común ya que Avalanna no estaba en su posición correcta para nacer, y Amanda tenía el cuerpo pequeño para un bebé a pesar de sus 20 años, cumplidos el 20 de abril… sí, un día antes de mi cumpleaños. Ella también fue bailarina de ballet, pero no llegó a ejercer la carrera como bailarina; y amaba bailar, incluso más de lo que yo lo hago. Luego tuvo que dejar, y se fue.
Había pasado más de 30 minutos insistiendo que decía la verdad, que se sentía arrepentida, que todo esto le dolía y no quería tener a Avalanna en un hogar por ponerla en adopción. Llegué a la conclusión de que estaba más confundida que al principio, y por más de que me haya repetido ciento veinte veces de que ella lo hizo por nosotras, no podía confiar en su palabra… porque no podría cometer el error de jugármela todo, por nada.El llanto de la pequeña Avalanna hizo que salte del asiento fugazmente y corra hacia ella. La saqué de la cuna, con mucho cuidado, meciéndola en mis brazos; mágicamente, dejó de llorar y luego de unos segundos, abrió sus ojitos. Todavía era muy pequeña para saber el color de sus ojos, pero de todas formas, era hermosa. Me observaba el rostro con su grisácea mirada, y yo sonreí sin poder evitarlo.
–Hola, Avalanna –susurré para nosotras dos.
El recuerdo de la señora Bieber llegó a mi mente. Ahogué un gemido de dolor.Un bostezo de su parte hizo que yo ría divertida, ahuyentando las lágrimas que quería derramar imprevistamente.
–¿Tienes sueño? Pero si acabas de despertar –reí –. Si duermes mucho, vas a terminar como tu tía.
Sonreí dulcemente. ¿Algún día fui así de linda de bebé, como ella?De repente, la puerta se abrió a mis espaldas.
Cuando volteé, mamá yacía quieta e inmóvil como yo estuve antes de hablar con Amanda. De su rostro, las ojeras se destacaban en sus ojos cansados, sin embargo, sonrió; últimamente, no podía descansar bien por las responsabilidades de la gira.
–_______, ¿por qué no vas a casa, cariño? –preguntó con voz dulce. Si no la conociera tanto, pensaría que estaba muy serena, sin embargo, noté cual alterada (interiormente) se encontraba.
Sonreí intentando aflojar el ambiente.
–Me gustaría quedarme, mamá –respondí acercándome hacia donde estaba, con Avalanna en brazos -que me miraba fijamente-.
–Estuviste aquí desde rato; anda a descansar –ordenó.
Miré a la pequeña de mis brazos, y jugué con su manito.
–Está bien, pero toma a tu nieta.
Hizo una mueca rara, y yo mordí mi labio intentando no reír. La tomó en brazos y observó todo su rostro en menos de un segundo.
–Adiós Avalanna –me acerqué a mamá y besé fugazmente su mejilla.
Finalmente, salí del hospital sola, ya que había insistido en que Yary y Hat vayan a su casa horas antes.{{}}
–Entonces, ¿era tu hermana la chica del parque y por eso huiste como loca? –preguntó intentando bromear.
–Exacto –asentí.
–Y ella estaba embarazada y tuvo un bebé hoy –su voz volvió a resonar en el auricular del celular.
–Exactamente. Muy bien Sr. Jeremy.
–Oh, su historia es muy confusa, Sra. _______ –reí levemente.
–O usted es muy bobo –me burlé. Jere bufó.
–Eso es inaceptable, bueno, como sea, ¿iremos al cine mañana? –preguntó.
–¡Te dije que sí! ¡Cinco veces!
–Nunca se sabe cuándo las chicas son irónicas.
–Irónicas mi trasero –reí.
–¿Qué trasero? –preguntó divertido.
Rodé los ojos.
–Eres un tonto –reí, al compás de él.
Una voz femenina se escuchó lejana en el auricular. Jeremy carraspeó la garganta, y murmuró un “Ya voy, tía” que claramente no iba dirigido a mí.
–Lo siento nena, la reina manda –Sonó cansado y aburrido –. ¿Nos vemos mañana? –preguntó cambiando su tono de voz.
–Claro –asentí casi emocionada –. Adiós Jere.
–Adiós, linda.
Y cortó, justo cuando un suspiro se me escapó.Bien, estaba sola en todo el departamento. A veces pensaba que necesitaba algún perro, hámster, un cerdito o incluso hormigas, para pasar el rato y no sentirme tan sola. Porque, si por esas casualidades de la vida, yo me quedaría y mamá se iba, Mia quedaría a cargo de mí como gran “adulta” “responsable”; pero ella estudiaba cinematografía y le llevaba muchísimo tiempo, y yo estaría en vacaciones.
Me gustaría irme, pero también quería quedarme. No me apetecía viajar cada día, pero sí el pasar tiempo con Justin, aunque él no estaría mucho conmigo y quizás apenas nos veamos unos minutos. Conocería lugares, Beliebers, ayudaría al Team, pero no tendría vacaciones de verano. En cambio, aquí no haría nada importante más que estar con Jeremy, las gemelas y Mia.
No sabía que sonaba más convincente.
No quería dejar solo a Justin en esto; me encantaría formar parte de ello. Pero yo planeaba otras cosas para mis vacaciones, y no podría retrasarme por ello.
El maldito teléfono volvió a sonar.
–Traigo hamburguesas de Mc Donalds, abre la puerta, Darling –su voz sonó incluso detrás de la puerta también.
Reí tontamente y dejé el teléfono sobre la mesilla del living.{{}}
–¿Estás nervioso? –pregunté intrigada.
Justin admiró su hamburguesa por unos segundos, como si ello era un precioso diamante.
–¿Nervioso? –repitió irónico –. Olvidas de que soy el gran Justin Bieber.
Carcajeé sonriendo como estúpida; Justin solía ser tan tonto a veces, que me encantaba aún más.
–Que modesto, admiro tu humildad –se encogió de hombros, mirándome a los ojos.
–Darling, creo que estoy más intrigado que nervioso.
Bufó.
–Los ensayos están matándome, y aún no reintegramos la gira. Esto de verdad es irritante.
–Pero… amas hacerlo.
–Sí, pero no es fácil –masculló luego de meter un pedazo de su hamburguesa a la boca –. Amo eso de cantar, estar con ellas, y eso… pero de todas formas, siento que algo va a cambiar.
<<Y ese era mi mayor temor>>. ¿Qué sucedería si mi Justin Drew ya no era mi Kidrauhl?
–A veces, los cambios están bien.
Tragó gordo.
–Ya no tengo 16 años, y quiero que todos me vean de 20.
Exactamente y las mismas palabras que mamá me había dicho tiempo atrás. Pero debo admitir, que cuando las palabras salían de su boca, dolía incluso aún más; yo estaba aquí por Justin, digo… mamá tenía un ingreso por su gratitud. Sin él… quizás no hubiera aceptado la beca, y estaría trabajando en el asqueroso bar en el que trabajaba como cantante.
<<Justin me había salvado>>.
Cuando más mal estuve, él logró no dejarme caer. Y tenía muchísimo miedo, de que mi niño ya no sea mi niño, y que yo ya no sea su Darling. El miedo a perderlo era… inevitable, porque yo estaba segura de que nadie estaría conmigo, como él sí estuvo.
Oh dios, no me di cuenta que mis manos empezaron a temblar ante el vaso de coca-cola.
Suspiré dejando que el aire se escape de mis pulmones.
–Entonces… si yo no viajo contigo… –lo miré a los ojos, sintiendo lo pálida que estaba – ¿Me olvidarás? –pregunté cuidadosa… y miedosa.__________________________________________
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Nunca digas nunca |Jb
FanfictionA veces… cuesta mantenerse fuerte, creer en los sueños y creer en ti.&nbsp;Pero cuidado con lo que deseas, que puede hacerse realidad cuando menos lo esperes.