Capítulo cuarenta y cinco.

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Cuadragésimo quinto capítulo de Caer ~ La boda.
INSTANCIAS FINALES. 

Cuando llegamos al hotel donde se festeja la velada, observamos con Amanda (mi hermana), Mia, Yaritza, Hatzumy y Avalanna lo lujoso que resulta ser esto. Se trata de decoración dorada y blanca, dando un aspecto elegante al gigante salón repleto de gente, ya sentada en sus mesas y esperando con emoción el momento que los novios ingresen a la sala.
Me sorprende que mi mamá se haya hecho cargo de esto y que tenga estos resultados fabulosos me emociona. Con mis amigas, le decimos nuestros nombres al hombre trajeado con una lista, para que nos deje entrar al salón y rápidamente nos ubicamos en una mesa situada casi alado de la pista de baile. 
Comentamos tonterías mientras yo llevo alzada a Avalanna, y justo en el momento que estoy parada y posando para una foto con mi sobrina, veo que Justin y Pattie entran… Justin solo. Intento ocultar mi emoción y le sonrió a Avalanna que me ríe en una carcajada hermosa. 
–Te juro que cuando cumplas 15 saldremos juntas, pero no le digas a tu mamá. 
Reí, y ella, como si entendiera, también rió. 
De repente, alguien grita mi nombre y me doy vuelta de inmediato para ver a Pattie abriendo sus brazos mientras se acerca. 
–¡______, cariño! –exclama mientras me abraza. Me alegro muchísimo de verla, a pesar de que constantemente nos comunicamos por teléfono la echaba de menos.
–¡Pattie! Te extrañé un montón –le digo sinceramente. Al separarse de mí, veo lo fabulosa que está. 
Un vestido negro con lentejuelas en los hombros y ceñido a su cuerpo tiene; se ve hermosa con el cabello recogido, y con un maquillaje que resalta sus ojos verdes intensos. 
–Oh, Avalanna, estás hermosa también –toma la pequeña manito de Avalanna y le sonríe a la bebé con simpatía, y a continuación ambas ríen.
–Necesitas una nieta, Pattie –me burlo divertida. En respuesta, me asiente con la cabeza repetidas veces.
Yo carcajeo, imaginándome una niña de cabello castaño y ojos verdes. 
Justin parece interesado por nuestra conversación, y cuando bajo la guardia, lo veo alado de su madre, mirándome descaradamente de arriba abajo. 
–______, no puedo creer que parezcas una adulta –me dice la madre de Justin, de repente sus ojos brillosos. 
–Oh… no es nada –reí –. Ser modelo me cambió todo.
Veo que Justin está de acuerdo conmigo, aunque yo no lo miro directamente…, eso provocaría un desastre en mí. 
–¿Usas tacos ahora? –él casi se burla, pero parece callar de repente…, y me siento feliz al ver que Pattie se voltea a verlo con casi la misma mirada de sorpresa que yo. 
–Justin, eres un maleducado –dice ella muy severa, poniéndose de mi lado. 
Hago un gesto con la mano que no está sosteniendo a Avalanna y sonrío con dignidad y orgullo. 
–Uso tacos y vestidos –contraataco con orgullo para ganarme una ceja levantada de su parte. 
–Creía que estabas en contra de esas cosas… –escupe.
Y yo intento, seriamente, en que note mis intensas ganas de patearlo en la espinilla, pero también acariciar su nuca como la última vez que nos vimos, en su cama. 
Ladeó la cabeza y lo miro de costado.
–Cambié, pero sólo en ese sentido.
Y gracias al cielo, escucho aplausos y veo como Scooter y mi mamá entran por fin, obligándonos a separarnos. 

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Estamos comiendo en un ambiente relajado; el murmullo es casi inexistente debido a que la comida está buenísima, y me estoy esforzando en no ensuciarme la ropa con el filete de carne argentina que tengo en mi plato. Mamá vino varias veces a saludarnos a todas, me besó la mejilla como tres veces y no dejaba de decirme que estaba orgullosa de mí, Scooter igual y me pareció muy dulce la manera en la que miraba a mi mamá. 
Se notaba que ambos se amaban con locura, y me sentía feliz por ellos. 

De repente, recordé mi sorpresa de bodas, y suspiré con nervios. Es ahora o nunca. 
Saludé a los chicos que se trataban del sonido en una pequeña esquina del salón; pedí que me pasen mi guitarra y un micrófono. De inmediato, colocaron todo en el medio del salón y las miradas curiosas me veían acomodarme arriba de la butaca de madera blanca, con la guitarra en mi torso y el micrófono delante de mi boca. 
Sonreí intentando parecer simpática y no nerviosa, y entrelacé mis manos un momento en un gesto nervioso. Cuando encontré a mi mamá y Scooter mirándome sorprendidos hablé:
–Cuando Scooter me preguntó si podía casarse contigo, mamá, él me prometió que yo podría cantarte… y aquí estoy. Espero lo disfruten… es una canción que la compuse hace seis meses. 
Aunque mis ojos querían escaparse a donde Justin estaba, no lo hice. Y me obligué a respirar hondo tres veces… después de todo, hace meses no cantaba enfrente de nadie y menos en una situación tan importante, hasta Usher estaba en el salón. 
Aclaré mi garganta, y dije <<allá vamos>>. 

Nunca digas nunca |JbDonde viven las historias. Descúbrelo ahora