Capitulo 34

28 5 0
                                    

Andrew aún tenia el sabor de los labios de la princesa cuando llegaron a la cárcel. Esa mujer era tan hermosa y tenia una boca tan alocadamente sensual, que lo tentaba cada vez más.

Él realmente había querido ir por ella tomarla en sus brazos y besarla delante de todos cuando la vio entrar en el comedor.

Y cuando salieron del castillo y mientras caminaban, dio gracias al universo cuando ella fue quien inició con aquello. Sabia que esa boca era una tentación, quería más de ella, más de esos labios dulces.

A pesar de sus celos, por qué sabia que era eso aunque nunca lo admitía ante nadie, pero mientras la besa entendía porque el principe había caído rendido ante ella. Esos labios pecaminosos podrían tener bajo su hechizo a quien desearan.

Y supo que era así, cuando entró en aquella habitación y el tipo ya esperaba por ella de pie.

Y esta vez ninguno de los dos espero antes de caminar y encontrarse a mitad del camino para abrazarse. O que ella lo abrazara por qué el tenia las manos esposadas.

Él movió sus labios sobre la oreja de ella, pero Andrew no llegó a escuchar que le dijo, pero ella sonrió cuando se alejó.

―Pensé que tardarías más en venir por respuestas, que me darías más tiempo.

―No vine a eso, aunque si tienes algo que compartir te escucho.

―Rob vio algo, ese día no estaba con nosotros estaba recogiendo leña, dice que los vio llegar y la persona tenia varios guardias, usaban un uniforme como él ―señalo a Andrew con el mentón.

―¿Iba con gente de la guardia real?

―Estaba oscurro, así que no vio mucho detalle, pero describió los colores y la forma así como ese.

La princesa se quedó pensando un momento antes de volver su mirada al tipo frente a ella.

―¿Algo más?

―Nada.

Ella resopló y se acomodó mejor en la silla.

―Mi padre me ha dado una propuesta para todos y necesito que las escuches la pienses y se la presentes al resto.

Un asentimiento por parte del saqueador y la princesa comenzó a hablar sobre lo que su padre les ofrecía.

Escucho atento y no fue hasta que ella terminó que él presento sus dudas, las cuales ella resolvió.

―¿Así que ahora esperar que vaya y hable con ellos y les diga todo esto?

Ella asintió. ―Al menos que creas que no merece la pena hacerlo lo cual entenderé.

―Tú padre sabe siquiera que no tendría necesidad de todo esto, que tú podrías pedirnos a todos ayudarte y lo haríamos. Nunca renunciaste y nadie te ganó.

―No lo sabe.― la castaña se inclinó― y no se lo diré, ni tampoco tú.

―¿Y por qué no debería hacerlo?

Ella se levantó de su asiento.

―Te daré media hora para que vayas y hables con todos. Los guardias los llevarán con sus familias y todos lo van a discutir.

―¿Por que no vienes tú? Seria mas fácil si estas ahí y tu hablas con ellos.

Ella negó con la cabeza.

―Se lo que quieres y no lo haré, no les daré ordenes. Son libres de elegir es tu grupo encárgate de ellos.

―Era tu grupo hace un tiempo.

Vuelvo A Casa (Primera parte trilogía Arde)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora