Eiden comenzó a cantar sin darse cuenta de que lo estaba haciendo.
Esa noche ella abrió su corazón para Andrew, le confesó cosas que nunca había dicho ni siquiera a sus hermanos. Y no sabia por qué, quizás era verdad que durante la madrugada una persona se volvía más sincera. O quizás la falta de sueño le aflojó lo lengua.
Quizás solo era que su miedo esa noche, que la hizo desear tener compañía. La noche anterior se había quedado despierta mirando el techo se su carpa. Despertar a Cathy o a Kaylin le había parecido cortés.
Ella pidió que solo se armara una tienda, pues no quería estar sola, uso la excusa de desarmar todo más rápido para lograrlo.
Pero ya que la noche anterior, no funcionó entonces ella salió.
Y ahora ahí está sosteniendo la cálida mano de Andrew, sus dedos rozando los suyos, esa mano fuerte la mantenía firme mientras aceptaba el hecho de que le gustaba esa sensación.
Cuando llegaron al campamento, los guardias estaban listos para el cambio de turno, así que él podría ir a dormir.
―¿Puede esperar aquí un segundo?― le pidió amablemente.
Ella no contestó, pero se quedo donde estaba. Mientras él se iba.
Su mano aún guardaba la sensación de la piel de Andrew contra la suya.
Andrew reunió a tres hombres del grupo y les explicó lo del río, por lo que pudo escuchar. Ella observó como sus hombres comenzaron la guardia y los otros fueron por el agua y a marcar el camino.
Andrew regresó, los guardias que estaban por irse a dormir le dieron una mirada, los otros no sabia si la habían visto, quizás incluso los vieron entrar tomados de la mano.
―Listo. La acompaño a su tienda.
Ella le lanzo una mirada y él sonrió.
―¿Qué?
―Dijiste que ibas a quedarte conmigo.
―Y lo hare.
―¿Y donde? Ya somos tres en la tienda.
―Bueno estaba pensando que usted duerma en la tienda. Y yo me quedaré en la puerta.
―¿Vas quedarte afuera?
―Sí.
―¿Estas loco? No puedes quedarte fuera.
―Tienes una mejor idea.
Ella asintió.
Entró a la tienda y salió con varias mantas.
―¿Dónde esta tu tienda?
―No vamos a dormir en mi tienda.
―¿Por qué no?
―No es correcto.
Ella lo miró y puso los ojos en blanco.
―Tampoco lo es que te quedes fuera de mi tienda. Así que...
Ella comenzó a caminar y se dirigió a uno de los autos.
―¿Qué hace? ―le preguntó él.
―Buscar un lugar neutro.
―No se va quedar en un auto.
―Dormí en lugares mucho más raros.
Él se acercó a ella y tomó las mantas de sus manos.
Eiden lo siguió mientras se dirigían a la tienda de él.
―Adelante majestad.
Eiden murmuró un insulto entre dientes. Pero él lo escuchó y le dio una sonrisa completa.
ESTÁS LEYENDO
Vuelvo A Casa (Primera parte trilogía Arde)
RomansEiden ha sobrevivido a un mundo destruido por la naturaleza, ahora debe enfrentar un mundo que comienza a reconstruirse en nuevos reinos. Ser nombrada princesa no será fácil y menos cuando ella oculta muchas cosas, las personas que rodean la corte d...