Capitulo 43

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El camino no fue largo, pero anochecía para cuando llegaron a la cabaña, estaba suficientemente oscuro como para que nadie pudiera verlos.

Los guardias se bajaron primero para inspeccionar todo, cuando les avisaron que estaba despejado, entraron a la casa y encendieron unas velas, todo estaba seguro. Andrew ayudó a Catherine a bajar. Su hermana no había dicho una sola palabra en todo el proceso.

Eiden tampoco estaba segura de que ella pudiera decir nada.

Andrew puso las manos en su cintura para ayudarla a bajar, cuando estuvo firme en el piso no retiró sus manos.

―Todo va estar bien.― su voz fue cálida.

―No necesito que me mientas.―ella le tocó la mano.―Solo que te quedes aquí.

―Estaré a su lado sin importar que pase ahora. ―bajo la voz para susurrarle ―Estoy aquí, estoy contigo.

Ella sonrió, bajó la cabeza y él la soltó, la guió dentro de la cabaña.

Los guardias se quedaron afuera cuidando. Los tres entraron, Catherine miró el lugar mientras Andrew habló.

―Su padre pidió que se envíe a alguien para ayudarlas esta noche, vendrá con comida y lo que puedan necesitar, no debe tardar en venir.

Catherine no contestó.

―Gracias Andrew ― Eiden pasó las mano por la madera de la mesa.

―Estaré afuera vigilando por si necesitan algo.

―Gracias.

La puerta se cerró y Catherine se sentó en un sillón en la pequeña sala. La casita era muy acogedora, parecía un lindo lugar para pasar un fin de semana, vacaciones en el lago. Era de dos plantas, abajo estába la cocina, comedor y la salita, ella supuso que arriba estaban los dormitorios y el baño.

Ninguna podía decir nada, no sabían que hacer.

Andrew entró un poco después con leña para encender un poco de fuego en el lugar. Estaba haciendo frío.

―¿Todos se quedarán afuera toda la noche? ―preguntó.

―Es nuestro deber.

―Esta helando.

―Enviaran una tienda y mantas, tendremos turnos para descansar y estar dentro de las tiendas y calentarnos un poco. No se preocupe por nosotros.

Ella asintió.

La persona que enviaron, llegó con algo de ropa, mantas y comida.

Mientras calentaba la comida, Eiden miraba por la ventana como los guardias levantaban las tiendas, y otros hacían guardia.

Andrew seguía ahí afuera.

―Sí quieres invitarlo a tu cama, solo hazlo. ―la voces de Catherine sonó a su lado y se giró para verla.

―¿Pero de que demonios hablas Catherine?

―De Andrew. Se nota que te gusta. No tendría nada de malo.

―No entiendo en qué momento mi vida sexual se volvió de tu incumbencia. ―murmuró para que la chica en la cocina no las escuchara.

―Desde que nací. Eres mi hermana y tengo derecho a hacerte enojar, hacerte bromas y avergonzarte cuando yo quiera.

―¿Qué hay de mis derechos como hermana mayor?

―Cuidarme, aconsejarme, ayudarme a seguir en el buen camino.

―¿Por que tu tienes los mejores derechos?

Catherine se encogió de hombros ―No lo se, así lo ha querido la vida.

Vuelvo A Casa (Primera parte trilogía Arde)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora